La frase que está en la foto, la tengo en la mente hace bastantes años, desde que comprendí que mi única competencia era yo mismo, porque si estaba bien mentalmente y emocionalmente podría alcanzar lo que me propusiera.
Desde siempre nos han enseñado que debíamos competir con los demás, ser mejor que lo otros, superarlos en notas, en puestos de trabajos, en amistades, capital económico, etc., etc…….. Pero la realidad radica en que nuestra competencia debe enfocarse hacia uno mismo, porque cada persona tiene sus propios límites y dificultades que debe sortear.
Si te pones a pensar, ¿quién tiene miedos e inseguridades por lo nuevo y los cambios?, ¿quién padece ansiedades cuando las cosas no salen y parece que otra vez fracasa?, ¿quién tiene grandes dificultades para gestionarse emocionalmente y dejar que los estados negativos no perduren días o meses en la mente?. Uno mismo es el que genera todo esto y a su vez recibe los martillazos de sus propios saboteadores, lo cuales viven atacando a la autoestima y a infravalorar los logros alcanzados.
También añade el estrés que te genera querer quedar bien con todos, cuando en realidad estás traicionándote a ti mismo, haciendo cosas que no sientes y lo haces solo para que hablen bien de ti, no te das una idea el daño que te produce esto, porque es una manera de ir perdiendo tu esencia.
¿Te das cuenta contra que factores debes competir?, ésa es tu verdadera batalla, la de superar los límites y barreras que te pones inconscientemente todos los días de tu vida. Debes batallar contra los saboteadores que te llenan de fantasmas de miedos, para que te preocupes de cosas que seguramente no ocurrirán nunca en la vida. ¡Cuánto tiempo de nuestra vida perdemos en imaginar escenarios negativos o episodios adversos que pueden ocurrir en el futuro y nunca ocurren!!!.
Deja de escuchar a tu saboteador, despierta ya!!!, lo único que desea de ti, es que sigas infravalorándote y no muevas nada de tu vida, que sigas con los mismos problemas de siempre sin hacer nada nuevo, que los soluciones haciendo siempre lo mismo, porque así el saboteador se asegurará que nunca cambiarás ni mejorarás como persona.
Es hora de que plantes batalla a tu único competidor y ése, eres tu mismo, deja de mirar a los demás o de competir contra ellos, porque la clave de la victoria en lo que hagas dependerá de tu mismo, de tus límites y de los que derribes, no busques enemigos fuera de ti, derrota a los internos, a esos que te molestan diariamente, a cada hora con mensajes como “no puedes”, “no es para ti”, “siempre pierdes”, “nunca lo lograrás” y muchos más, que solo hacen quitarte toda la energía para que cuando llegue la hora de la verdad, ya te encuentres entregado y perdido antes de actuar.
Comienza a presentarles resistencia, toma como armas a tus valores, busca y visualiza donde quieres estar, hacia que dirección debes dirigirte, descubre tus talentos, adquiere habilidades y potencia las que tienes, rompe con las cadenas que te retienen hacia tu libertad, aniquila a tu saboteador desde tu SER y no desde las emociones, deja que tu intuición te guíe, así de este modo limitarás al mínimo a tu saboteador.
En el momento en que comiences a gestionar tus emociones y prevalezca tu SER por encima de tus saboteadores, a partir de ese instante, empezarás a ganar batallas y eso te conducirá a lograr los objetivos que te propongas, sin estar pendientes de ciertos fantasmas a los que hoy consideras competidores.
Recuerda: “Y HUBO UN DIA QUE COMPRENDI QUE MI UNICO COMPETIDOR ERA YO MISMO. ESE DIA FUE CUANDO COMENCE A GANAR TODAS LAS BATALLAS”.
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