En nuestra programación mental tenemos registrada a la adversidad como algo malo, la llevamos grabado a fuego desde que íbamos creciendo, con lo cual cuando se nos presenta una situación adversa, rápidamente se nos encienden las alarmas de comienza un momento malo, muy feo, duro y difícil de superar.
Los momentos adversos en realidad son pruebas a superar, por supuesto hay adversidades más complejas y duraderas que otras, pero al final son obstáculos o retos a conquistar. En cada adversidad, del tamaño que sea, está oculto uno o varios aprendizajes que debemos incorporar a nuestra vida, el gran problema que no estamos educados desde pequeños para ver el tema desde esta perspectiva.
Si te pones a pensar, cuando nos aparece una dificultad, nuestra primera reacción o actitud es de preocupación, aunque algunos toman estas situaciones como un drama eterno. ¿Por qué sucede esto?, a parte de la educación que llevamos, las situaciones nuevas nos generan inseguridad, miedos, incertidumbre y estas emociones son las que detestan la gran mayoría de las personas.
Todo esto no gusta, ya que son momentos donde se nos presentan delante nuestras propias limitaciones y vulnerabilidades, con lo cual debemos buscar en lo desconocido para salir adelante, llevándonos esto a abandonar la zona de confort y movernos dentro de un ámbito intelectual-emocional totalmente desconocido y esto, genera muchísima incomodidad!.
Esto nos pasa a todos, pero la GRAN diferencia es que algunas personas avanzan y enfrentan a sus límites y otras renuncian a seguir, porque el miedo es más fuerte que ellos. Pero todas las personas cuando quieren algo, son capaces de superar los obstáculos que se le presentan. ¿Cuántas veces te habrá sucedido, que después de unos años te pones a pensar sobre pruebas que has superado en tu vida y te quedas pensando en: “no sé como lo hice pero fui capaz de superar ese reto”, a que alguna vez lo has pensado?.
Eso ocurre porque en los momentos límites, de adversidades y obstáculos, sacamos a relucir nuestros talentos, capacidades, habilidades aprendidas. Es porque nos conectamos inconscientemente con nuestra ESENCIA, dejamos de lado a los saboteadores y creencias que nos limitan, para sacar toda nuestra magnificencia y de ese modo solventar la situación presente.
Con lo cual llegamos a la conclusión que ante una adversidad todo dependerá de la ACTITUD que elijas para enfrentarla.
Si lo miras desde la perspectiva de aprendizaje, de superación y crecimiento para tu persona, estoy totalmente convencido que superarás con creces cualquier situación, con lo cual tu autoestima se elevará mucho más.
En cambio, si la ACTITUD a elegir será la del victimismo, las quejas , la mala suerte, el todos contra ti, no verás ningún aprendizaje, consolidarás más tus límites conocidos, no podrás crecer y lograrás encerrarte más en el reino de tus saboteadores.
A las adversidades las veo como aquellas enfermedades que teníamos cuando estábamos creciendo, que nos agarraba mucha fiebre, algunos días de cama, nos dolía el cuerpo, luego nos recuperábamos con algunos centímetros más de altura. Pues en esto pasa parecido, para crecer es necesario sufrir un poco, pasarlo mal, es de la única manera de aprender interiormente. Sé que no nos resulta fácil y que el ser humano por naturaleza no quiere sufrir, pero muchas veces se auto engaña para no pasarlo mal pero en el fondo sufre mucho más.
La adversidad es como una fuente de talento, porque en esos momentos, es donde buscamos más allá de lo conocido y ahí es donde aparecen nuestros tesoros ocultos.
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