Una de las modalidades típicas de conspiración es decir que algo existe pero que se hacen todos los esfuerzos posibles por mantener esa informaciíon fuera del alcance de la opinión pública. En principio, el argumento es tan lógico como peligroso: es cierto que las autoridades mantienen ciertas informaciones alejadas del público, empezando por sus propios chanchullos y casos de corrupción, pero es absolutamente descabellado afirmar que el hecho de que algo no se conozca puede ser prueba de su existencia.
Tampoco hay que caer en la falacia de los científicos ignorantes, esos que afirman que todo lo que no se puede demostrar es falso. La falsación no es un acto de vagancia, sino que requiere trabajo. Por tanto, el hecho de que algo no se conozca sólo demuestra una cosa: que no se conoce.
En el caso de la supuesta conspiración para ocultar el contacto con extraterrestres, se trata de una teoría conspirativa que afirma que estos contactos existen y que no se quieren dar a conocer por múltiples y variadas razones, que no acaban de explicar nunca por completo. Asimismo, se planeta que existe una campaña de descrédito contra cualquiera que trate de abordar seriamente este tema, de modo que sea el miedo al ridículo el que actúe como elemento preventivo de investigaciones verdaderamente serias.
La conspiración del ocultamiento extraterrestre ha prosperado en Internet y en todo el maremagnum de grupos y filosofías integrantes de eso que suele llamarse el movimiento ”New Age” y que no nos metemos a describir por bien de nuestra salud mental. Los defensores de este movimiento se manifiestan a favor de la desclasificación de archivos por parte de los gobiernos, a los cuales culpan de ocultar información extraterrestre, especialmente sobre energía limpia y libre, de sobras conocida ya pero ocultada para mantener el control sobre la economía mundial. Otros llegan más allá y dicen que se conocen ya las curas para diversas enfermedades, como el cáncer, pero se ocultan para crear una élite de los que no mueren y mantener mortales al resto. Todo procedente de los extraterrestres, por supuesto. La lista de tonterías es interminable.
Conclusión:
Nos parece absolutamente increíble que ningún político del mundo cayese en la tentación de hablar de ello en una campaña electoral. Afirmar que cientos de políticos han sido lo bastante responsables para ocultarlo durante décadas está más allá de la ciencia ficción.
Como teoría es inaceptable, por su falta absoluta de pruebas.
Como cuento es muy malo.
Como ficción literaria es de bajísima calidad
http://www.conspiracion.org/