Por Jossie Del Valle
Al fin estamos en un proceso que la Madre Tierra pedía a gritos!!: Estamos comenzando una etapa donde las personas estamos desarrollando una conciencia superior sobre nuestra naturaleza dual humana y divina, y en ese sentido promoviendo un nuevo modo de entender la vida El fruto de ello ya se esta viendo: la gente esta mas receptiva ante el dolor ajeno, mas propensa a colaborar cuando hay situaciones de emergencia a nivel mundial, y también hay una mayor preocupación en relación a temas ecológicos evidenciada en actitudes proactivas de proteger la tala abusiva de arboles, para dejar de desviar ríos limpiar el mar, proteger el aire, de hecho ya en una gran cantidad de países europeos están incrementando el uso de molinos de viento como fuente limpia de energía, y más allá de eso esta creciendo el numero de seres humanos en la búsqueda de su ser interior porque ya existe la necesidad de un modo de vida mas trascendente, que conduzca a un sentimiento de plenitud y de armonía interior.,
Dios cada vez mas cobra una grandeza mucho mas superlativa, y eso es motivo de esperanza ante el triste panorama que venia predominando. Se están superando poco a poco barretas meramente religiosas que a lo largo del tiempo han originado conflictos, enemistades, y hasta crueles guerras, cuando en su origen era muy distinto su propósito, de hecho la palabra religión significa ligar, unir, Es por ello que la nueva humanidad esta saliendo de toda esa confusión de ideas y creencias hacia una nueva espiritualidad más allá de religiones, una forma de conexión con Dios que nos transforme y nos re vincule con la creación, con el Universo, y que contribuya al proceso de sanación de la tierra.
Estamos inmersos en un cambio global que se esta percibiendo ya, desde esa prospectiva hay que poner gran empeño en proteger las energías que emanan de nuestra alma, todo lo positivo todo lo que nace del bien tiene el poder de fluir para construir, para enmendar , perdonar, para mirar la vida con otros ojos con los del corazón con los que en verdad se puede mirar más profundamente, sensibilizarnos , desarrollar la intuición que es la herramienta que nos permite oír nuestra voz interior e ir aprendiendo a amarnos todos de forma incondicional.
Ciertamente queda mucho por hacer , en el mundo aún hay países en guerra, gente en conflicto, pero cuanto mas pronto nos demos a la tarea de transmitir estos mensajes y despertar las conciencias a niveles superiores iremos avanzando , estaremos rescatando a nuestro planeta que ha sido tan lastimado tan maltratado y tan abusado.
Sería muy interesante echar una mirada a la naturaleza, y los ciclos de las distintas especies, existe un orden, una secuencia holística en todo lo que conforma la creación, ejemplo de ello es la cadena alimenticia , nada funciona aisladamente todo esta ligado interactúan unos seres y otros en una armonía maravillosa Las antiguas civilizaciones respetaban esos ciclos, el ser humano se integraba como un todo a la creación, la naturaleza y el hombre eran uno solo, en esa época aun estábamos vinculados con el Universo, Posterior en la historia, un San Francisco de Asís valoraba y amaba toda la creación, tanto que hablaba con las flores, con los arboles, y le decía al sol y a la luna hermano sol y hermana luna cuan distantes hemos estado de esas enseñanzas y de todo lo que puede significar salvar nuestra tierra de tanta destrucción y tanto caos.
Hagamos un mayor esfuerzo en comprometernos en restaurar nuestra esencia humana, aportar acciones que conduzcan a la transformación de la humanidad y a su vez de la madre tierra. El amor incondicional es la solución, no solo nos conduce a una espiritualidad profunda y trascendente sino que viviendo desde esa nueva capacidad de amar podríamos concebir un modo de vida que nos motive a reparar, a sanar todo lo que hemos dañado , a sembrar y obrar generosamente, y mientras estemos inmersos en esos esfuerzos emanaremos las mejores energías, nuestra alma sentirá una sensación maravillosa de paz que nos permitirá vivir felices con una inmensa alegría sabiendo que somos participes y coautores de la gran transformación de la humanidad.
Namasté