Si no quieres tener más problemas de los que necesitas es conveniente que controles tus representaciones internas, es decir, cómo interpretas lo que ocurre y qué es lo que te imaginas. Ten en cuenta que entre tu organismo y tu mente hay un camino de doble vía, por el cual ambos se influyen recíprocamente. Lo que pasa por tu cabeza influye en tu estado fisiológico, y el estado fisiológico influye en tu estado mental.
Si quieres experimentar una sensación de enojo, te será más fácil si comienzas por hacer que tu organismo se asemeje al de una persona enojada. La mente y el cuerpo se influyen mutuamente, y en conjunto son la causa del estado en que se encuentra la persona. El estado a su vez es la causa de la conducta de la persona.
Las representaciones mentales abarcan lo que vemos y oímos mentalmente, incluyendo lo que nos decimos mentalmente. La fisiología involucra la postura y las modificaciones en los órganos corporales (como la epidermis), la respiración, y la tensión o relajación muscular. La conducta puede ser verbal (lo que decimos) o física (lo que hacemos).