Para respirar se hace necesario ser conscientes de que respirar es una trinidad: una acción inspiratoria, una acción expiratoria y un acción neutra o conciliadora que sirve como crisol de xxxxxx a través del vacío.
La mayoría de las personas que acuden a consultorios y talleres de relajación buscan liberar stress y eliminar tensiones. Muchas sufren de trastornos físicos y neuróticos producidos por tensiones psicológicas y emocionales que se proyectan en el cuerpo. En las técnicas de relajación y más concretamente en las de meditación, los pensamientos automáticos son sustituidos por “pensamientos inducidos” con una fuerte carga simbólica que tienen una función de desvío de los esquemas y rutinas mentales.
Existen ejercicios taoístas que emplean descripciones extraídas de entorno natural, todo sin dejar de atender la respiración ni a la estructura corporal. Las meditaciones energéticas son especialmente interesantes, porque recrean a través de la visualización paisajes naturales con un marco adecuado en el cual dominar pensamientos y emociones negativas: las nubes que surcan el cielo desplazan los pensamientos, el agua de un río despeja o libera las emociones; y el suelo modifica las sensaciones.
Todas las técnicas combinadas (meditación, relajación, respiración, y visualización) nos poner en un nivel adecuado de onda cerebral que ayuda a liberar energía bloqueada, y a regular los ritmos fisiológicos y homeostáticos internos.
Cuando nuestra alquimia interna empieza a activarse es muy lógico que en un principio tanto el cuerpo como la psique se resistan. En personas muy racionales el bloqueo es el mismo pensamiento, en personas muy emocionales es la misma emoción quien bloquea, y en aquellas personas más físicas será el cuerpo el que primero se interpone.
Como es el cuerpo quien primero registra y acusa los impactos de la psique, es importante a-tender el cuerpo y observar sin tensión todas las sensaciones que en él se producen. El trabajo debe ser global, debemos empezar por dominar el cuerpo y la imaginación, dirigiendo los sentidos hacia el interior; luego liberar emociones para gestionar su curso, finalmente modificar la naturaleza de los pensamientos, pacificándolos y desviándolos hasta entrar en situación de vacío. Entraremos en un trance que nos permite proyectarnos interior-mente y exterior-mente. Es el momento ideal para desprogramarnos, reconstruirnos y renovarnos.
Somos los dueños de nuestra máquina biológica...
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