Antiguamente se quemaba en la casa donde se pensaba que había entrado el demonio, hasta tal punto era conocida por ese nombre, ya que la llamaban "espanta demonios". De forma preventiva, se colgaban ramilletes de la Hierba de San Juan en las ventanas del hogar, para que las brujas y los magos con malas intenciones no pudieran entrar, así como sus maleficios.
Se dice que se alivia la depresión y atrae al amor rápidamente. Según cuenta la leyenda, nació de las gotas de sangre derramada al ser decapitado San Juan Bautista.
Preparación: se mete la Hierba de San Juan en un recipiente con agua y se deja al aire libre durante toda la noche. Al día siguiente por la mañana, al levantarse, hay que lavarse la cara con el agua de las Hierba de San Juan. La tradición dice que purifica la piel y protege de las enfermedades.