Hay dos sensaciones que son difíciles de diferenciar a simple vista: Amor y enamoramiento.
Amar es un sentimiento profundo.
Estar enamorado (enamoramiento) es una pasión. Las pasiones son emociones desenfrenadas, absorbentes. El estado de enamoramiento, mágico por un lado, pero de descentramiento de la persona, lleva a una dependencia del otro. Nos lleva a centrar nuestra vida alrededor de la otra persona, a sacar la atención de nuestras actividades. Consume nuestra energía física y sobretodo psíquica. Es un estado maravilloso, por cierto, donde nuestras sensaciones se exaltan y todo es hermoso. Lamentable y afortunadamente a la vez, dura poco tiempo.
Pretender y apuntar a que en nuestra vida nos pase siempre esto es un objetivo imposible de cumplir.
Lograr el paso del enamoramiento al amor, nos permite encontrar un vínculo estable y real con el otro.
El enamoramiento tiene que ver con la proyección de nuestro mundo interno. Se relaciona con nuestros anhelos, con nuestras creencias, con lo que necesitamos ver en la otra persona. Con lo que necesitamos sentir, por la otra persona. Se trata de una idealización. El enamoramiento hace que ubiquemos en el lugar del ideal al otro. Etapa mágica y necesaria para formar un vínculo. Para que luego cuando haya una base más sólida, poder soportar las diferencias.
Tomar distancia e intentar dentro de lo posible, ver objetivamente las cosas nos permitiría no desilusionarnos tanto en el futuro. “Tanto”, porque nunca podemos ser del todo objetivos… la realidad siempre la observamos a través de nuestra fantasía.
Tomarse el tiempo para amar y construir un vínculo
El amor se construye con el tiempo, cuando uno conoce realmente a la otra persona.
Amar es un sentimiento profundo, enriquecedor.
El amor se sustenta en un vínculo maduro, en aceptar al otro tal cual es, con sus defectos y sus virtudes. Soportar y aprender de las diferencias.
El amor lleva tiempo. No es un sentimiento fácil para nadie.
Cuanto más conozcamos algo, más grande será el amor.
Tener en claro esta diferencia nos permite ver que quizás a veces creemos que sentimos amor… cuando en realidad es pasión, y un juego.. de nuestra fantasía.
Es interesante proponerse como meta, intentar conocer al otro. Tomarse el tiempo para esto.
Procurar ver a las personas tal cual son, sin decorar la realidad.
"Hay cosas que ves venir, no es que te enamores porque te enamoras, te enamoras porque en ese periodo tenias una desesperada necesidad de enamorarte.” (Humberto Eco, El péndulo de Foucault)
por Lic. Mariana Gilbert