Al acercarnos al Sol se nos abrirán canales importantes que nos harán sentir todo más fácilmente y de esta manera podremos comunicarnos mejor con los otros elementales
Dios dijo a la gente: “Vengan y acérquense”, frase que también repiten cada uno de nuestro hermanos elementales que habitan el aire, agua, tierra y fuego.
Cada uno son personitas como nosotros, y aunque al igual que nosotros fueron creados por el amor de Dios, ellos son los únicos habitantes de esta Tierra que han logrado mantener su esencia pura y limpia, tal como la recibieron de las manos de su Creador.
Esto lo podemos comprobar a cada paso, pues a pesar de todo lo negativo que ocurre en este mundo, las flores siguen naciendo hermosas; el agua sigue siendo cristalina y dando ese canto armonioso al correr por los ríos; el fuego sigue siendo fuerte y poderoso; mientras que el aire que sentimos en nuestra piel es fresco y penetra nuestro ser para ayudar a que continuemos vivos.
Nosotros también podemos recuperar esa pureza y la mejor forma de hacerlo es acercarnos a los elementales, dejar que su sensibilidad y energía entre en nuestros cuerpos.
La bendición del Sol
Una de las energías más fuertes es la que se recibe de los hermanos del fuego que se ven representados en el Astro Rey. Para recibir su energía sólo basta con frotar nuestras manos para abrir los pequeños canales que tenemos en la palma.
El siguiente paso será extender las manos al Sol y pedir con nuestro corazón el obtener la energía y fuerza de esta fuente, aunque también podemos solicitar solamente el tener una comunicación de energías y sentimientos.
Si hacemos esto todos los días al levantarnos, en nuestro ser acumularemos su fuerza y sabremos que no estamos solos al despertar. Nuestro amigo Sol está ahí, esperando para darnos su Amor y la fuerza y energía necesarias para seguir nuestro camino misional y divino que es el camino de Dios.
Al acercarnos en primer lugar a nuestro Sol se nos abrirán canales importantes que nos harán sentir todo más fácilmente y de esta manera podremos comunicarnos mejor con los otros elementales.
Debemos tener tanto amor por lo grande que por lo pequeño y de recordar que todo lo que hagamos bajo la aprobación directa del corazón, nos dará la felicidad y el acercamiento que tanto necesitamos con Dios y con lo que Él ha creado.
Flora Rocha
Fundación Sabiduría del Corazón
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