Una actitud correcta creará la atmósfera adecuada para que los demás respondan bien. Sin buenas actitudes, jamás llegaremos a desarrollar todo nuestro potencial. Lo que nos rodea resulta insignificante al compararlo con lo que está dentro de nosotros, pues el éxito en la vida depende más de la actitud que de cualquier otro factor.
La vida está compuesta, en el 10 por ciento, por lo que nos suceda, y en el 90 por ciento, por las maneras en que reaccionamos ante lo que nos sucede. Somos responsables de nuestras actitudes, de la forma en que nos comportamos ante un determinado estímulo.
Nuestras actitudes determinan cómo manejamos nuestros sentimientos; pueden impedir que nuestras emociones nos controlen.
Somos responsables de tener una buena actitud. El ajuste de nuestras actitudes es un proyecto para toda la vida. Nuestro rumbo en la vida jamás debe ser determinado por una actitud quejumbrosa. El pesimista se queja del viento. El optimista disfruta del recio viento que baña su rostro.
No podemos controlar los momentos difíciles de nuestra vida, pero podemos determinar cómo será nuestra reacción frente a cada uno de ellos.
Viktor Frankl, refiriéndose al hecho de haber sido terriblemente maltratado en un campo de concentración nazi, en su libro El hombre en busca de sentido, dijo: "Lo único que ustedes no pueden quitarme es la manera como decido responder a lo que me hacen. La última libertad de uno es decidir la actitud de uno en cualquier circunstancia dada".
¡Fantástico! Somos nosotros los que escogemos qué actitud adoptar ahora mismo. Y esa es una elección continua.
Nada hay más importante que tomar la dirección de nuestra vida para introducir un nuevo orden de cosas, para cambiar nuestra actitud ante la vida y ante los demás.
Cambia la actitud de una persona, cambia su estilo de vida. Todo se levanta o se viene abajo a causa del cambio de actitud. Seamos nosotros mismos, con nuestras actitudes correctas y con nuestros pensamientos, los que construyamos nuestra vida. Sólo depende de nosotros.
¿Cuál es la diferencia entre un ganador y un perdedor? ¿Es la capacidad? ¿Es la suerte? ¡En absoluto! La diferencia está en la actitud. Las personas con pensamientos negativos pueden comenzar bien, tener unos cuantos días buenos. Pero tarde o temprano sus actitudes equivocadas las derrumbarán.
En una ocasión, John C. Maxwell, famoso autor estadounidense especializado en el tema del liderazgo, le dijo a su padre: "Papá, tienes 70 años. ¿Todavía lees esos libros motivadores sobre la actitud?" Respondió: "Hijo, tengo que seguir trabajando para tener siempre buenos pensamientos. Soy responsable de tener una buena actitud y de mantenerla".
Recordemos que el máximo objetivo del ser humano es vivir en paz y con felicidad. La paz perfecta es la paz interior, aun cuando las circunstancias del entorno sean adversas. Nuestro reto es mantener nuestra paz interior independientemente de las circunstancias.
Por: Óscar Rodríguez Vargas
Fuente: El Peruano