Rescatamos a los demás de sus responsabilidades. Nos hacemos cargo y cuidamos de ellos. Luego nos enojamos con aquellas personas porque hemos actuado por ellos. Y nos sentimos usados y sentimos lástima de nosotros mismos.
Ese es el patrón que se repite una y otra vez, un triángulo del cual no podemos salir.
Rescatador y cuidador son sinónimos, en la jerga terapéutica los llamamos ”permitidores”. Dícese de los que ayudan pero en forma destructiva. Y cuando se ayuda no se debería destruir, sino todo lo contrario.
Entre las siguientes acciones encontramos diversas formas de rescate:
Hacer algo que no queremos hacer.
Decir si cuando queremos decir no.
Hacer algo por alguien aunque esa persona sea capaz de hacerlo sola.
Satisfacer las necesidades de otros aunque nunca nos lo hayan pedido.
Arreglar los sentimientos de la gente.Hablar en nombre de otra persona.
Pretender solucionarles los problemas a los demás, incluidos hijos y padres.
No pedir lo que deseamos o necesitamos.
Tomar consciencia para salir de ese lugar, para permitir verdaderamente cuidarse a uno mismo y dejar de rescatar falsamente a los demás
Claudia Chirino
http://www.animalespiritual.com/ayudar-de-forma-destructiva/