“El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas”.
(Proverbios 10:12)
Sentir odio es algo triste porque ese sentimiento corrompe el alma, amarga el corazón y destruye lo bueno. El odio provoca rencillas, discusiones, guerras, separaciones, peleas. ¡Es tan diferente el amor! Porque al amar, entregas. Cuando entregas, recibes y sientes cosas bellas dentro de tu ser que se transmiten hacia afuera.
El odio expone, saca lo peor de las personas, mientras que el amor cubre, protege, cuida y preserva. Cubrir es tapar, envolver, dejar de concentrarse en los errores y faltas de una persona, para en cambio, sobresaltar lo bueno y mejor que posee.
Resulta que a veces cuando nos enfocamos en lo bueno de las personas y se lo hacemos saber, esas personas terminan cambiando para bien. Porque a veces ni ellos mismos han podido descubrir lo bueno que hay en ellos y cuando uno se los hace saber, muchas veces, descubre un diamante en bruto, que con el tiempo se irá perfeccionando.
Amar es siempre una buena opción, mientras que odiar solo destruye. El amor edifica y supera dificultades. Amor es cielo; odio es infierno. Amar es paz; odiar es guerra. El amor se multiplica, mientras que el odio separa y divide.
Dios te ama, su amor se refleja en nosotros. Si podemos amar es porque él está en nosotros.
Autora: Brendaliz Avilés