Es hermoso estar enamorado y compartir la vida con otra persona, pero a menudo esa cara “feliz” de una relación puede tener también aristas dolorosas. Si quisiéramos dar una mayor profundidad a nuestra relación, tendremos que cambiar hábitos de codependencia.
De la codependencia a la interdependencia. De dos mitades que forman un todo a dos enteros que se unen para ser más. Más y más amor.
En la codependencia, cada una de las partes pone todo su foco de atención en lo que hace y en cómo es el otro, dándole un poder superior, un sobre valor a la otra persona, donde uno de los dos es “más grande” ó más importante y el otro “más pequeño” ó menos importante. Esto, solo conduce al malestar, al dolor, al sentimiento de que “no somos lo suficientemente buenos/lindos/cariñosos/inteligentes, etc para ser amados. Nos ubica en un lugar de que “hay algo que falta” con lo cual “necesitamos al otro para que nos lo de.”
En cambio, si ambos ponen el foco en sí mismos, en amarse y en respetarse, la relación da un vuelco fuerte y se vuelve más profunda y honesta. Dos seres empujándose uno al otro a amarse más y más, a no dejarse estar, a no abandonarse, a no boicotearse, a vivir la vida con todo su potencial cuerpo-mente espíritu. Esto convierte la relación es un encuentro íntegro y sólido donde los dos enteros potencian su amor hacia uno mayor.
Mendigo de Amor
No podemos sostener durante mucho tiempo una relación “pidiendo” al otro que nos ame, demandando… esperando… porque nos condicionamos a ser infelices si esa persona decide cambiar y tomar otro rumbo (ya no nos ama, ya no nos brinda su compañía, etc). Si actualmente estamos en una relación de pareja de pedir ó esperar, sufrimos, sentimos dolor y hay insatisfacción. Si en cambio, estamos en una relación de dar-ayudar al otro a ser más amor consigo mismo, tendremos una relación verdaderamente “divina”.
Las personas cambian todo el tiempo, pero nuestro amor por nosotros mismos nunca va a cambiar de mayor a menor a menos que elijamos boicotearnos. Nuestro amor propio puede ser cultivado cada día y nosotros, no vamos a dejar de quereros nunca!!! Pero si nos enamoramos de otra persona poniendo toda la atención en él/ella será probable que abandonemos a nuestro ser y el resultado será el dolor, la dependencia, la manipulación, el miedo, hasta el estadío más bajo denominado: mendigo de amor.
¿Estás dispuesto a quitar los ojos del otro y ponerlos en vos mismo?
¿Sabés que cuanto más te ames y respetes, más vas a reflejar ese amor en “tu pareja”?
¿Querés darte todo lo que pedís ó querés “necesitar” al otro para vivir tu vida?
¿Te gusta ser adicto a alguien ó ya sufriste demasiado y es hora de hacerlo distinto?
¿Te agrada e incluso tenés cierta adicción a que el otro te “necesite” ó que “muera por vos”?
¿Quisieras encontrar a otro “entero”?
Esta es la posibilidad que se abre en una relación consciente, donde hay amor verdadero y no dolor, donde el amor no nace de la necesidad sino del reflejo de TU amor.
ALICIA ORFILA –
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