Hay miedos que surgen cuando pensamos, miedos que no son reales porque suceden en nuestra mente, miedos que aparecen cuando evocamos situaciones determinadas: miedos mayores ó menores según nuestras experiencias de vida.
Cada miedo se amplía-crece-se magnifica cuando lo escondemos y no lo miramos de frente, cuando lo tenemos ahí archivado en un rincón oscuro. Sucede que la mejor manera de poder sanar nuestros miedos es atravesándolos, viéndolos claramente y yendo hacia ellos. Los miedos se sanan cuando los enfrentamos o sinó crecen en silencio hasta que nos acorralan, nos agobian y se transforman en nuestros propios límites (llegando a trastornos como el pánico).
Cada vez que sentimos miedo, cada vez que nuestro cuerpo experimenta desesperación a raíz de un pensamiento de terror podemos elegir mirarlo de frente, sentirlo a pleno en el cuerpo y decirle: ¿Y qué? El miedo se va a desmoralizar, se va a deprimir, pues ya no nos va a asustar tanto como antes y perderá su fuerza.
Los invito ahora a que pensemos en situaciones personales que nos den miedo, mucho miedo ó solo un poco y que “veamos” la situación como posibilidad, exploremos nuestro sentir hasta la última gota de esa emoción de espanto: ¿si ocurre eso…qué? Claro que nos abrumarán las respuestas de nuestra mente, porque el miedo solo está allí, en la mente y como tal le quitamos su fuerza si nos animamos a meternos en él con el pensamiento y con la acción también (si tenemos más coraje). El miedo se irá ya que no tendrá más peso sobre nosotros. Perderá sus influencias.
El miedo no quiere que lo miremos de cerca, pide estar oculto, al acecho, para “darnos el golpe” justo cuando menos lo esperamos. Pero si lo enfrentamos, el miedo se asusta y se va. Al miedo no le agrada que lo miremos a los ojos, que lo toquemos, que nos acerquemos a él, el miedo NO es “confianzudo”. La confianza derrumba al miedo y lo hace añicos.
Cuando pensemos en algo que nos produzca miedo… ¿Y qué? Tomemos al miedo fuertemente en un abrazo sostenido y él huirá despavorido…El miedo rechaza fuertemente al amor que lo abraza. Al miedo le irrita el amor.
Te invito a probarlo.
ALICIA ORFILA – Consciencia y salud –
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