Todos tenemos ciertas cualidades dentro de nosotros (patrones conductuales) que están tan arraigadas que sentimos que es imposible para nosotros cambiarlas.
Es como la historia del hombre a quien Dios le dice que empuje la roca. Él lo intenta una y otra vez, empuja tan fuerte como puede por semanas, meses, incluso años, y finalmente va a Dios y le dice: “¡Lo he intentado tan fuerte como he podido! La roca no se mueve”.
Dios le responde: “Yo no te dije que movieras la roca. Sólo que la empujaras. Mi trabajo es moverla, pero observa cuán fuerte te has vuelto intentándolo”.
Cuando un cambio parece imposible, recuerda que es cuando empujamos y hacemos el esfuerzo que crecemos, y luego La Luz nos encontrará a mitad de camino y se ocupará del resto.
Yehudá Berg