El enfado es, ante todo, una respuesta adaptativa de nuestro organismo. Es normal que nos enfademos cuando algo nos molesta. Lo que puede resultar peligroso es la frecuencia y la intensidad del enfado. Si nos enfadamos siempre y por todo lo más probable es que vivamos en una especie de angustia constante que nos impida disfrutar incluso de los más placenteros.
“¿Qué hacer ante los enfados?”
1º Muy importante. Descubrir la causa. Enfadarse suele ser a menudo la manifestación de otros sentimientos. Pueden ser la inseguridad (por que te da miedo que los demás descubran tus limitaciones y que no eres perfecto), los celos o la envidia (por que te sientes desplazado, o menos que los demás) ó la dependencia (por que pretendes que todo gire a tu alrededor, lo cual es... imposible)
2º Intenta resolver tus problemas con quien en verdad los tengas. No pagues con otra persona que no tiene nada que ver... Las dificultades que han surgido a lo largo del día.
3º Habla de tus problemas si no puedes resolverlos. No acumules agresividad ni la expreses sin control.
4º Expresa de forma adecuada tu enfado. No permitas que los nervios te hagan perder la compostura y exprésate educadamente dando prioridad a tus sentimientos.
5º Pide disculpas. Si tus enfados son desproporcionados, reconocerlo te ayudará a ser consciente de la necesidad de que debes expresarlos de otra manera. Pero Ojo: No es suficiente. Hay que cambiar.
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