Su mirada se sumió en el silencio
de una sonrisa opacada por la tristeza
al saberse al descubierto...
Sus ojos se ahogaban en una lágrima
que gemía de dolor y angustia,
al pensarse sin protección...
Su mundo se limitaba a sus pensamientos
absurdos sobre la vida y la muerte;
haciéndose muy presentes y constantes...
Su calvario se hacía insoportable;
se inundaba de sutiles enojos que le
transportaban a cambios repentinos en su ser...
Su vida ya no era vida sino muerte,
o muerte en vida o vida mortal o
simplemente, un vivir sin vivir...
Su espíritu ya no era verdaderamente libre;
sus alas le fueron cortadas con el pasar
de un tiempo llevado a cuestas, sin medida...
Su alma pura y blanca como el marfil,
le fue arrebatada con los años, esos mismos años
que le robaban lo más preciado que tenía...
Su dolor era mudo, pero en su interior
parecía un eco hueco, intenso, que resonaba
hasta hacerse presente en su apagado ser...
Sus horizontes ya no existían; se perdieron
en un porqué, en una sinrazón, en un espacio
nulo y vacío como su corazón...
Su destino parecía estar escrito con sangre,
en un libro donde la tinta era invisible;
tan invisible, como lo puede llegar a ser alguien...
Sus sentimientos... transición constante:
lucha interior aguda, dolor amargo, amor sangrante,
paz a medias, fe escasa, esperanza nula...
Su mente recibía frecuentes reclamos que le llevaban
a enfurecer su ego, a tornarse con más agresividad
y a reconocer, que tal vez, aquél ser que le hablaba, tenía razón...
Voz: —"Oye... ¿No piensas salir de ese encierro en el que vives?"
[[¿A quién le hablas? ¿A mí?... ¡Fuera de mi vida, fuera de aquí!]]
Voz: —"A ti te hablo;
ser egoísta que demuestras nada más que auto-compasión.
Tú, harapo de la vida que has permitido que todo tu ayer y tu hoy
se conviertan en tu mañana;
despierta y rompe esas cadenas que tu alma las hace enmohecerse;
demuestra tu fuerza interna;
sal de ese abismo donde sólo tú te has sumergido;
decídete a ser, a estar, a permanecer, a sobresalir,
a demostrar al mundo todo lo que puedes lograr."
[[¿Acaso no entiendes que me gusta mi encierro; que me gusta
vivir como vivo; que éste es mi mundo y no permitiré que nada
ni nadie, incluyéndote a ti, quiera imponerme lo que debo o no
debo hacer o decir, alcanzar lo que quiero, o simplemente quedarme así?]]
Voz: —"¿Por qué te permites permanecer en un hoyo oscuro y vacío;
por qué no darte la oportunidad de encontrar la felicidad;
por qué no intentas dar de ti y compartir con otros tu talento,
tus ilusiones, tus sueños, tus metas, tus deseos ocultos
de continuar, de salir adelante, de vencer, de luchar?"
[[¿Qué quieres tú de mí...? Yo no quiero compartir nada con nadie;
no quiero cambiar mis modos ni mis días ni las circunstancias que
me han llevado a ser lo que soy ahora...]]
Voz: —"Precisamente es a lo que me refiero".
"Dices querer ser como eres, mas en el fondo, no eres más que un payaso.
Dices querer quedarte con tu espacio vacío sin compartirlo con otros,
mas en lo que quieres presentarme como tu egoísmo,
quisieras darte a los demás para sentirte útil".
"Dices querer quedarte...
yo te digo que quieres llegar, y no sólo llegar, sino pasar la puerta;
esa puerta que siempre has visto cerrada y que está tan abierta
como los brazos del mundo exterior que te llama y te reclama."
[[¿Por qué insistes en mí,
por qué no buscas otras personas a las cuales molestar con tus sermones;
por qué no te metes con otra gente que piensa igual que yo?
¿Por qué a mí, precisamente a mí...?
¿Por qué no dejarme con mis tristezas, con mis problemas, con mis ideas?]]
—¡Porque yo... soy tu conciencia!
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