Ser talentoso

El mundo de hoy exige talento. Para triunfar hay que tener talento; y el que tiene talento asume el deber de triunfar.

En la antigüedad, la palabra se refería a una moneda (romana) de gran valor. Luego el término se popularizó, y, gracias a la parábola de san Mateo, talento dejó de representar pertenencias materiales para figurar cualidades.


Hemos perdido interés por las cualidades naturales que cada uno de nosotros posee en su interior. Recuperemos ese interés por dones que producen frutos más allá de un interés personal e individual.

Saquemos afuera los dones que cada uno de nosotros tiene y pongámoslos al servicio de los demás, pues son un tesoro que hemos recibido para gastarlo, para invertirlo y para compartirlo con todos, tal como nos enseña el apóstol san Pablo, gran administrador de los talentos de Jesús. Seamos activos y emprendedores; pero también seamos responsables con los demás, con el medio y con toda la sociedad.

Que este momento de reflexión nos sirva para pensar, por un lado, en todas las cosas buenas que hacemos, cada día, por los demás. Por otro lado, que nos sirva también para darnos cuenta de nuestras cualidad, imaginando cuáles hemos dejado crecer para que den frutos en bien de los demás.

http://www.san-pablo.com.ar/rol/?seccion=articulos&id=3692