Es parte de la creencia popular el hecho de que si una persona ha sido buena, al morir podrá se un Ángel en el cielo. Esto es muy lejano a la realidad.
El ser humano tiene alma pero los Ángeles carecen de ella. Nosotros tenemos la potencialidad infinita de Dios, aunque no seamos consientes de ello en la actualidad. En el Nuevo Testamento, específicamente en la Carta a los Hebreos (1.4-6) e afirma que Jesús es superior a todos los Ángeles:
“(…) así llego a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el nombre que recibió en herencia.
¿Acaso dijo Dios alguna vez a un Ángel: tu eres mí hijo, yo te he engendrado hoy?
A su vez, Cristo trasmitió en sus enseñanzas que todos nosotros somos iguales a Él. Por ello podemos concluir diciendo que el hombre es superior a los Ángeles.