Cuando una relación empieza a ponerse turbia tiendes a hacer todo lo que no debes. Sueles acosar a tu pareja con preguntas de todo tipo, la llamas casi a todas horas e incluso cometes el (erróneo) acto de comprarle algún regalo para hacerle ver que estás enamorado y que te estás portando lo mejor posible.
Supones que, de esa forma, demostrando lo mucho que te importa, tu pareja se enternecerá y te devolverá ese cariño.
Has visto tantas veces en las películas de amor cómo una mujer distante y enfadada volvía con el hombre que la agasajaba, o cómo aquel chico inalcanzable siente debilidad por la chica que le ama con total sinceridad (aunque ella a sí misma no se quisiera mucho), que tiendes a emular ese patrón casi invariable: mostrarte como buena persona, comprensiva, cariñosa y que no escatima en halagos y recursos, aunque tu pareja parezca no demostrar mucho interés en ti. Y lo haces para atraer la atención de alguien que se está alejando sin que tú hayas hecho nada negativo, al menos de forma intencionada.
Así que, un buen día, la persona con la que estás te deja. Es un momento doloroso, sin mucha perspectiva, por lo cual la reacción más típica es suplicar. Llorar. Arrastrarse. Decirle con lágrimas en los ojos ‟pensé que tú estarías siempre conmigo”. Cualquier cosa vale para que no se aleje de ti. Pero... ¿crees que llorando de esa forma una persona que ha decidido dejarte se va a pensar las cosas?
NO.
Lo primero que debes hacer, una vez tu ex pareja te ha dejado, es aceptar su decisión. En primer lugar, es su vida y es libre de decidir con quién quiere o no quiere estar. En segundo lugar, si no has pasado por esto (y te tocará pasar), no sabes lo duro que es dejar a alguien que te suplica y te llora, y lo incapacitante que es para llevar adelante una nueva vida. Sí... es una nueva vida sin ti, pero si alguien te deja es porque no quiere estar a tu lado, así que... ¿para qué quieres que alguien esté contigo por la fuerza?
Por mucho que supliques, por mucho que te esfuerces en demostrarle que no va a encontrar a nadie como tú, sólo conseguirás arrastrarte, hundir tu autoestima, denigrar tu imagen... características que, según la filosofía de empareja2 se traduce como PERDER TU CENTRO. Eso es lo único que lograrás, hacer que esa energía que debería estar centrada en ti, se desplace sin obtener resultado alguno. Si ha decidido dejarte, ¿qué lógica te impulsa a suplicarle que vuelva contigo? ¿Acaso intentar demostrarle que la quieres? Ya lo sabe, de sobra. ¿Acaso pretendes darle lástima para que no te deje? No es lástima lo que debe sentir hacia ti sino Amor... y es algo que ha dejado de sentir.
Debes, por tanto, actuar en consecuencia a su decisión, ya que te encuentras en una posición de desventaja: tu ex ha tomado un camino meditado (que, aunque no lo creas, le ha debido hacer sufrir mucho), y tú te encuentras en el camino de las zarzas. Un sendero impracticable, por el cual es difícil transitar. Es lógico que en esta situación te sientas inferior a esa persona, y denota la gran dependencia que sientes, debido al sentimiento de amor no correspondido, a querer recuperar a esa persona ya que, sin ella, no te sientes ni bien en absoluto.
Llegados a éste punto, comprobarás que es una tarea fútil permanecer cerca de esa persona, ya que lo único que te provoca es dolor. Pruébalo. Prueba a llamar, a insistir, a mendigar cariño, a pedir su regreso... a ver lo que sucede. Sólo negativas y distancia. Más dolor.
Lo mejor para recuperarte y perder la dependencia que sientes es anular el contacto. DESAPARECER. CONTACTO CERO. Y desaparecer no es otra cosa que alejarse de la llama que te quema; desligarte de TODO lo que te una a esa persona, comenzando por el contacto físico, pasando por las posibles vías de comunicación y terminando por los objetos que te evoquen recuerdos...
En definitiva, velar por tu bienestar, estabilidad y salud mental... que no es poco. Y eso se consigue gracias al CONTACTO CERO. Desaparecer de su vista y de su vida.
¿Cómo desaparecer?
En primer lugar, el contacto cero, desaparecer de la vista de una persona, puede darse en dos situaciones: cuando te es necesario desaparecer para evitar su contacto (desaparición física), y cuando es necesario forzarte a mantener una actitud positiva cuando no hay más remedio que ver a tu ex pareja (desaparición afectiva).
a) La desaparición física es de cara a esa persona y significa desaparecer totalmente. Volverte invisibles. Que no sepa más de ti por amigos, familiares, e-mails, llamadas, SMS ni reclamos de ningún tipo. Ni, por supuesto, indagar tú nada sobre tu ex. Es algo bidireccional: no sólo debes desaparecer ante sus ojos, sino que ella desaparezca ante los tuyos.
Con el fin de alejarte de la fuente del dolor, lo primero que has de hacer es borrar su número de móvil y mensajes, bloquear y eliminar su contacto del messenger, quitarle del WhatsApp y de tu lista de direcciones de e-mail y demás información digital. Si piensas que vas a echar mucho de menos todo eso, estás idealizando el cambio que vas a dar y, una vez lo hagas, comprobarás que no era tan duro ponerse a eliminar. Cada paso que des en este sentido te costará al principio pero te aliviará después. Eso sí, te aconsejamos que guardes las fotos, recuerdos y regalos en una gran caja de cartón. Graba los recuerdos digitales en un disco o USB y mételos en dicha caja. Una vez todo, absolutamente todo lo que te ate a tu ex esté en esa caja, precíntala y llévala a un trastero, donde no puedas verlo habitualmente. Ya habrá momento de verlo, cuando nada te afecte.
b) La desaparición afectiva es la que hay que desarrollar cuando en el día a día te encuentras habitualmente con tu ex pareja (por ejemplo, en el trabajo). Jamás debes demostrar mal humor, caras largas, o gestos de desprecio, ni mucho menos mostrarte deseoso de volver con esa persona. Debes demostrar INDIFERENCIA. Ni frío calor, ni bueno ni malo, algo muy beneficioso para hacerte a la idea de que la relación se ha terminado y adaptarte a la nueva etapa que estás viviendo.
¿Por qué tanta radicalidad?
Cada día que pase en el que no hagas más que mirar sus fotos, leer sus correos, darle vueltas a porqué te hizo ese regalo que tienes sobre la mesa o viendo cómo cambia constantemente de nick en el messenger (‟¡hoy toca juerga!”, ‟cada día me gustas más”, ‟lo de anoche fue genial... tqm”), peor lo pasarás, mayor será la depresión y más larga la recuperación.
Debes cortar con todo lo que te ate a tu ex para comenzar una nueva vida. Y una nueva vida no significa olvidar a tu ex para siempre, cosa que no conseguirás. Significa hacer TU VIDA, algo para lo que te sentirás incapaz en los primeros momentos tras la separación.
Al desaparecer empezarás a vivir tu vida.
Al hacer tu vida te recuperarás.
Cuando te recuperas, mejora tu estado de ánimo.
Un estado de ánimo positivo te hace ver que tu ex no es tan imprescindible como pensabas.
Prescindir de lo imprescindible te hará recobrar la ilusión por las cosas.
Te ayudará a conectar con personas, situaciones y cosas nuevas, sin depender de alguien.
Y, sobre todo, habrás aprendido que una ruptura es perfectamente superable.
Ser tan taxativo con la desaparición es necesario porque si tu ex quiere estar lejos, es tu ex quién lo ha decidido. Y, por tanto, es quién debe RESPONSABILIZARSE de tomar esa decisión, al igual que tú te responsabilizas de las decisiones que tomas, y obtienes por ellas tu premios o castigos. Lo que no puedes es hacer de colchón por si las cosas no le van como pensaba. ¿Dónde queda entonces tu autoestima y tu personalidad? ¿Vas a hacer de backup, por si algo se le fastidia que no tenga que preocuparse de nada, que ya estás tú para restaurar la copia de seguridad que le llevará al punto exacto en el que lo dejó?
Desaparecer significa...
Ser indiferente.
Tener una vida, con amigos y hobbies.
Meditar sobre lo que uno es, bueno y malo.
Tener el tiempo ocupado.
Filtrar poco a poco la nostalgia (canciones de amor, promesas incumplidas), hasta eliminarlo.
Desaparecer no significa...
Actuar con miedo a las relaciones.
Evitar a esa persona si la ves o si te contacta por teléfono.
Pretender que se de cuenta de que no estás disponible.
Insultar, demostrar rencor, publicar mensajes negativos en su facebook, acosar o agredir de alguna forma.
Pensar que desaparecer generará una reacción en tu ex. Recuerda, desapareces PARA TI.
Algunos creen que con desaparecer a la vista de su ex ya basta, y mientras pueden indagar a modo de detective privado, persiguiendo a su ex por cada rincón, preguntando lo que dice y hace, y sabiéndolo todo sobre su vida. Si tú investigas y te escondes, ya has roto tu desaparición. Desaparecer no se basa únicamente en que tú ‟desaparezcas” sino en que DESAPAREZCA TU INTENCIÓN DE AFECTO, que es algo sutilmente diferente. El contacto cero es tanto físico como visual... y podríamos decir que mental, pero eso se dará con el tiempo.
¿Cuándo te has recuperado?
Por lo general, te has recuperado cuando realmente no tienes necesidad de saber de tu ex. Lo que va a determinar el éxito de la desaparición es tu actitud. Si quieres recuperarte y te esfuerzas para lograrlo, mantendrás una desaparición estricta. Pero si, por el contrario, te empeñas en creer que ‟no puedes desaparecer”, que ‟necesitas saber de tu ex” y te justificas en eso para llamarle por teléfono y excusarte con lo de ‟no he podido evitarlo”, no estarás en el buen camino, y tu sufrimiento se alargará durante más tiempo.
Es preciso ser fuerte, no ceder a los bajones, obligarte a estar bien, pensar en positivo. ¿Crees que no puedes hacerlo? Entonces cómo sigues moviéndote para sobrevivir, para comer, para ir al trabajo, para contestar a alguien que te pregunta cómo estás? TODO ES UNA RESISTENCIA. Y aquí lo vas a experimentar. Estáte tranquil@... no es tan duro ni tan malo como parece.
Todos los que te rodean pensarán que estás bien y no te harán preguntas. Sin embargo, si te ven mal lo harán siempre que te vean, te sacarán el tema... y vuelta a empezar. Recuerda siempre que tu trabajo, tus amigos, tu música, tus comidas preferidas, tus planes de vacaciones, todo, sigue intacto y es importante. No te regodees en la desgracia, no dejes que te den palmaditas en la espalda. Es tan malo pensar que tu ex tuvo la culpa como que sólo tú la tienes. La culpa en una relación de pareja que se rompe es de quien la forma, y en este caso es de dos personas, tanto la que aguantó junto a alguien con quien no conectaba, como quien sabía que algo no funcionaba y se agarró a algo por miedo a perderlo.
Respecto a toda esa gente que te pregunta... no te pongas a llorar delante de nadie. Dales razones para que te admiren, no para que te lloren.
En cuanto a los amigos (pocos), serán necesarios para hablar el tema. Que ellos sepan lo que ha pasado, que te aconsejen desde sus puntos de vista. Con esto verás quienes merecen la pena y quiénes no. Algunos te ayudarán, otros pasarán de ti. Alguno te sorprenderá, porque ni te imaginabas todo lo que sabía del asunto. Ellos te sacarán poco a poco del hoyo, salir con ellos será el mejor antídoto para superar la mala racha que sobreviene a una ruptura. Por supuesto, no desperdicies tu energía a modo de ventilador, intentando que la pena se vaya saliendo con cualquier persona y atándote a la solución fácil, a esas personas que te hablan mal de tu ex. Nadie como tú conoce a tu ex, y seguro que, en el fondo, no es tan mala persona como ahora te parece (si lo fuera, ¿cómo es que estuviste a su lado?).
Otro tema importante, los amigos en común. Escucharás cosas como ‟tu ex necesita que le des tiempo”, ‟no le atosigues”, ‟él parece que sigue enamorado de ti”, ‟nos cuenta que está mal y le extraña que no le contestes”... Comentarios más encaminados a hacerte sentir mal que a ayudarte, sinceramente. Cuando empiecen a hablarte de tu ex, sencillamente hay que cortarles y decirles: ‟bueno... eso ya se acabó... estas cosas pasan y emmm... oye, ¿visteis ayer el partido? Estuvo fenomenal”. Que nadie te habla de tu ex, y no dejes que nadie le hable de ti. Para eso, como ya hemos dicho anteriormente, lo mejor es no hablar del asunto, ni llorar a lágrima viva.
El efecto secundario de la desaparición
Ya habrás podido experimentar (o intuir si nos has leído) lo inútil que resulta sorprender a tu ex con un ramo de flores, invitarla a cenar a un sitio caro, preparar un fin de semana en una casa rural, demostrar una y otra vez lo que te importa, o llorar desesperadamente para que vuelva... con la esperanza de que ‟se de cuenta” de lo increíble que eres. Error de concepto. Una ex pareja no va a pensar ‟¿cómo he podido dejar a esta persona tan maravillosa?” Todo lo contrario. Va a pensar ‟pobre, qué mal lo está pasando... PERO ES QUE YA NO QUIERO ESTAR A SU LADO”. No lo confundas con el querer. Seguramente pueda quererte, pueda sentir lástima por ti, no querer hacerte el más mínimo daño... pero eso no es suficiente para mantener una relación en pie.
Tu naturaleza humana te impulsa a querer conseguir lo que no tienes y cualquier persona puede llegar a plantearse recuperar algo que ha perdido. No te estamos diciendo que tu ex vaya a volver, pero pasado un tiempo hay quien echa de menos a la persona con la que estuvo y se plantea un posible regreso, lo cual se ve potenciado si la esa persona con la que quiere volver, ha desaparecido: provoca que se active el mecanismo de pérdida, lo que potencia la necesidad de recuperar aquello que se le está yendo de las manos. Aclaremos algo: tener contacto cero sirve exclusivamente para recuperarte, pero puede darse el caso de que se produzca un deseo de volver. En cualquier caso, tu recuperación es un hecho que va a suceder sí o sí, pero el que tu ex vuelva solo es una posibilidad remota en la que no debes depositar muchas esperanzas. Recuperarte es una condición sine qua non para volver a estar con otra persona (ya sea tu ex o una nueva pareja) con ciertas garantías.
Es lo único que depende de ti mismo y, por tanto, es aquello en lo que debes centrar tu esfuerzo. No desaparezcas para que alguien vuelva porque, paradójicamente, jamás volverá. Sólo cuando lo superes y no quieras estar a su lado quizás aparezca y, entonces, a ti te dará igual. No esperes nada, porque esa necesidad jamás atraerá a nadie, y menos a tu ex.
Pero, ¿por qué quiere volver contigo cuando has desaparecido? Aquí va un ejemplo para ilustrar cómo funciona el deseo de tener algo: imagina que tienes unos vaqueros con los que has estado saliendo todo el invierno. Son unos vaqueros que te sentaban fenomenal. Sin embargo, ya empiezan a romperse y te compras unos nuevos. Los viejos los limpias y los cuelgas en una percha, por si acaso los necesitas de nuevo. Ahora, salir con los nuevos es una gozada. Un montón de gente se fija en ti, te dicen que te hace mejor culo y la línea es muy moderna. De repente, tu hermano te dice que necesita el vaquero viejo para ir a la montaña... que necesita un pantalón para trotar y romper un poco. ¿Tu querido pantalón? ¡Ni hablar! Empiezas a pensar qué hacer o qué decir para no soltar ese pantalón. De hecho, te lo vuelves a poner y te das cuenta que te sienta tan bien como el último que te compraste. Casi te dan ganas de decir a tu hermano que se lleve el nuevo.
Para mucha gente, las cosas funcionan así. La ausencia es la única forma de que tu ex comience a idealizarte. El amor se genera en la ausencia, porque la soledad provoca que una persona piense en su objetivo, que imagine fantásticas escenas a su lado. Y cuanta más ausencia sientan, mayor será la idealización y, por tanto, mayor el arraigo que sentirán. En el desamor estos procesos se repiten, ya que la carencia de la persona amada es una constante a evitar. Y, más que probablemente, tu ex haya dado con una persona que no es compasiva, que no entiende que tenga recuerdos por desechar, que quiera hablar de vez en cuando de su anterior relación. Y cuando esto se da, se acuerda del cariño y la estabilidad que tenía y ¿qué hace? TANTEAR: indagan, vía sms, e-mail o teléfono si estás bien, con quién estás, de dónde vienes y a dónde vas.
Pensar que alguien puede usar sus vaqueros viejos puede hacerle pensar en el grado en que los necesita.
Pero, ¿y si vuelve cuando no te has recuperado? Sí, es un problema. ¿Por qué? Porque mantener la dependencia afectiva supone que vuelvas a volcarte desmesuradamente en tu ex pareja, tal y como lo hacías antes de la ruptura. Nada habrá cambiado. Y al ser así, al no haber aprendido de la ruptura, al no haber evolucionado y haber estado deseando en todo momento que tu ex volviera contigo, volverá a producirse de nuevo otra ruptura. Si, por el contrario, has llegado con éxito a desaparecer y tu ex ha vuelto, comprobarás que no necesitas volver. Tan fácil como eso, sabrás que no quieres tener algo que ya has superado.
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