Piensa en tu vida como un círculo. Estás parado justo en el medio. Todo lo que se encuentra más allá de los bordes es tu zona de incomodidad, aquellas cosas como hablar en público, pedir un aumento, comenzar algo nuevo, cambiar, incluso el miedo a las arañas y a las serpientes. Todo está en esa zona.
La calidad y cantidad de tu realización están determinadas por cuán a menudo expandes tu círculo al tomar riesgos.
Compartir principios espirituales ciertamente puede colocarnos en posición para el posible rechazo. Pero no debemos permitir que eso nos detenga. Las personas esperan por nosotros. Existe mucho sufrimiento allá afuera.
Salgamos de nosotros mismos para compartir sabiduría simple con otros. Nuestras vidas dependen de ello.
Yehudá Berg