“Nadie alcanza una meta en un solo intento, ni la perfección en una sola rectificación, ni alcanza altura en un solo vuelo. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces. Nadie recoge la cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y arar y abonar mucha tierra. Nadie llega a la otra orilla sin haber hecho muchos puentes. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía lo imposible. Nadie reconoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir. Nadie encuentra el pozo del agua hasta caminar por muchos días en la sed del desierto. Pero nadie deja de llegar cuando se tiene la claridad de una meta, cuando se tiene voluntad y se tiene la certeza de la abundancia de la vida. ¡Confía en ti, sonríe y sigue adelante!”.
La mayoría de las veces afrontamos la vida con una actitud derrotista y pesimista. No nos damos cuenta de que nuestra cara refleja un estado de animo bajo y negativo, sino hasta que otra persona llama nuestra atención al respecto. Llevamos el entrecejo fruncido, la boca apretada, los ojos semicerrados, generalmente mirando al piso o mas allá… como si estuviéramos ensimismados en nuestros problemas y preocupaciones. Sintiéndonos de esta manera no podremos superar los momentos difíciles, mucho menos conseguir nuestro bienestar y éxito personal.
¡Es posible superar las bajadas emocionales! Deja de buscar culpables o responsables de tu malestar y decide asumir la responsabilidad de tu estado emocional, haz algo concreto para sacarte a flote y mantenerte la mayor parte del tiempo en la superficie de la vida. No permitas que lo que sucede a tu alrededor con una cierta intensidad, y que la mayoría de las veces no depende de ti, te afecte, o te haga perder el optimismo, la confianza y la sonrisa. Ahí donde estás… prueba cerrar los ojos por un par de minutos para recordar algún evento especial, feliz o divertido que hayas experimentado en tu vida, conéctate a los sentimientos que tuviste en ese momento y verás cómo automáticamente sonríes sin pensar.
¿Cuántas veces a lo largo de un día, te sonríe la gente? ¿Cuántas veces eres tu el que sonríe, inclusive si las otras personas se muestran serias y distantes? ¡La sonrisa es la forma mas barata de iluminar el mundo! Y es posible que en este momento estés pensando en que no tienes un buen motivo por el cual sonreír. Si es así, con más razón debes esforzarte en dibujar una sonrisa en tu rostro, para aflojar los músculos faciales y relajar la tensión que te hace apretar los dientes día y noche, y que mantiene tu frente y el entrecejo arrugados.
Cuando sonríes, tu cerebro reconoce el movimiento de los músculos de la cara y los asocia a emociones positivas y placenteras, estimulando así la producción de endorfinas en tu cuerpo. Con la práctica de la sonrisa, tu estado de ánimo mejorará y te será más fácil cambiar tu actitud.
Recuerda que el futuro no ha llegado todavía y que no esta definido, por lo tanto no tiene sentido preocuparse por él. Suéltate del pasado especialmente si éste fue negativo, toma la decisión de vivir en el presente. Cambia tu actitud, sonríe, llena tu mente de ideas y pensamientos optimistas, y actúa en coherencia con ellos. De esta manera estarás participando en la construcción de un futuro positivo, diferente y mejor para ti y para todos.
Para poner buena cara
Usa el sentido del humor. Es muy importante aprender a reír a carcajadas y a conectarnos con el lado divertido que también tiene la vida. Aprende algunos chistes para compartir y dale rienda suelta a tu sentido del humor. Déjate contagiar por tus amigos mas divertidos.
Actúa con entusiasmo. Sacude físicamente de ti, el desanimo y el pesimismo, moviendo tu cuerpo al aire libre y exponiéndote un poco al sol. Retoma el entusiasmo y ponle pasión a cada movimiento y acción.
Cuida tu jardín interior. Fortalece tu espíritu y mantén tu balance leyendo libros positivos, escuchando música rítmica, alegre y brillante que levante tu ánimo, realiza actividades manuales y creativas que distraigan tu mente y renueven tus pensamientos.
Rescata momentos agradables. Recuerda experiencias positivas, llenas de felicidad y entusiasmo. Revisa las fotos de los buenos tiempos, mira películas familiares de celebraciones especiales cargadas de alegría, sonrisas y buenos sentimientos. Llénate de ellos.
Estírate y mueve tu cuerpo. No te quedes quieto, tenso y apretado… vamos suéltate un poco, ponte en movimiento, camina, haz ejercicio, ponte en actividad, sobre todo si ésta te divierte, te gusta o te hace sentir muy bien.
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