Para orar tenemos que tener en cuenta las siguientes condiciones:
Al iniciar una sesión de decretos siempre conviene realizar una protección para evitar interferencias mentales de seres de la sombra, la protección podría ser de la siguiente manera:
"En el nombre de mi presencia Yo Soy invoco la protección del amado Arcángel Miguel y su legión de ángeles de la llama azul para esta sesión de decretos para la humanidad y el planeta ajustándose a sus necesidades".
La oración hablada en voz alta es mejor que la oración silenciosa, debemos buscar un lugar apropiado donde halla tranquilidad pero en caso de imposibilidad podemos hacerlo mientras realizamos nuestras tareas rutinarias o de paseos, o en el automóvil mientras conducimos, con lo cual sabemos que no tenemos un cien por cien de eficacia, pero ya es una protección.
Si lo hacemos en las tranquilidad de nuestra casa conviene encender una vela, poner cristales, ya sea de cuarzo o sea similares, también podemos poner imágenes de santos o maestros ascendidos, incluso de aquellos seres por los cuales estamos orando. Si nuestro altar está en un ambiente que haya polvo, desorden, aire viciado impide el flujo de la energía espiritual, hacen que nuestros decretos no tengan la eficacia esperada.
También ayuda el encender sahumerio y tener una música suave y de bajo volumen.
Esto hace que los ángeles se acerquen con más ánimos para llevar nuestras plegarias a los planos a donde están destinados.
Los podemos hacer de pie o sentados, no debemos cruzar nuestras piernas o brazos para evitar un cortocircuito de la corriente de energía que debe fluir a través nuestro y que son destinados a bendecir la humanidad o favorecer a una determinada persona si es el caso que estamos pidiendo por ello.
También es importante mantener una postura correcta en un asiento que sea firme, lo cual es estar sentado en forma erguida con la columna vertebral recta, evitar el uso de goma de mascar (chicle) mientras se ora, porque ello distrae nuestra atención.
Respirar profundamente y rítmicamente para aprovechar el poder del aliento de Dios.
Mientras se está decretando la cabeza debe estar erguida para que el chakra laríngeo no sea obstruido. Las manos deben estar libres con las palmas hacia arriba y apoyada en los muslos en el caso de recitar los decretos de memoria, los dedos pulgar e índice pueden está tocándose, haciendo el mudra Chin (dedo pulgar e índice juntos); en caso de tener que leer el decreto este debe de estar a la altura de los ojos para no inclinar la cabeza.
José Ignacio Rigoni