Para poder cambiar el nivel energético de la vida de cada persona, es necesario aprender a manejar algunas de las leyes magnéticas que te permitirá tener una nueva visión de la vida. El magnetismo, para graficarlo mentalmente, funciona de manera similar a la del imán que utilizamos para pegar anotaciones en el refrigerador o en alguna planilla metálica, que nos permite tener todo a mano y no olvidarnos de nuestras tareas diarias.
La primera ley: es la relación de la alimentación. La eficacia del magnetismo, depende de la armonía de la energía entre su poseedor y la relación que tenga con otra persona, y en el proceso de obtener esa armonía, el magnetismo psíquico y físico, cooperan para relacionarnos con los demás de manera complementaria.
Segunda ley: Intención magnética. Es “tengo la intención magnética”, se intensifica el magnetismo consciente, y se ejecuta a través de las vibraciones de energía que cada persona esparce en su ambiente, como por ejemplo, con el carácter, la inteligencia, y se manifiesta en la eficacia del empleo cotidiano.
Tercera ley: Influencia del propósito. El empleo del magnetismo sobre el objetivo a largo plazo, establece el carácter y el propósito que confirma esa finalidad, si la persona se concentra en la meta general, porque puede confundir a la persona, con su energía puede atraer hacia sí, todo lo que se proponga.
Cuarta ley: La fuerza del ideal. El idealismo del motivo, determina el carácter de las vibraciones de la persona, y el idealismo de las actividades determina la calidad del magnetismo logrado.
Quinta ley: Influencia del interés. El dominio del interés en la vida que se quiere lograr y la influencia de la energía en cada una de las situaciones que en particular vive cada sujeto, confiere al uso del magnetismo una enorme eficacia, sobre todo cuando lo que se trata de establecer es una buena relación con los demás, dentro del ambiente en el cual cada persona se desenvuelve.
Sexta ley: Reacción de la admiración. La conciencia de la admiración de los demás hacia la persona que está utilizando estas leyes, tiene un gran poder para estimular la acción magnética en quien la está utilizando.
Séptima ley: La medida de la energía. En la vida, la energía se mide de acuerdo al poder que tiene cada persona en cómo logra cada uno de sus objetivos y en el uso correcto de su inteligencia.
Octava ley: El ajuste. La eficacia magnética es proporcional a la exactitud y la plenitud en el uso de esa energía, sobre las cosas, la fuerza que utiliza, las situaciones que vive, las cualidades que ha aprendido a desarrollar, las personas que tiene a su alrededor.
Este esbozo de algunas de las leyes magnéticas, permite a las personas poder adaptar su energía y focalizarla en los objetivos que tiene establecido en su camino. Nada se puede lograr, cuando no se tiene claro la estrategia que se quiere en la vida. Las cosas no se las puede dejar libradas al azar, somos las personas las que determinamos los hechos, los logros y las situaciones de vida que deseamos experimentar.
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