“Siéntate cómodamente. Afloja la ropa que te apriete y olvida tus preocupaciones. Respira hondo y relájate. Piensa en un limón. Ahora ves su color amarillo y su textura. Notas al tacto la forma de su piel y la forma de sus extremos, así como la sensación de su peso. Con un afilado cuchillo lo cortas por la mitad.
Notas el olor fuerte y penetrante que te trae recuerdos; aprietas una mitad y ves las gotas de zumo que salen despedidas. Disfrutas del olor. Después, lo acercas a tu boca y pasas la lengua por la parte recién cortada. Te das cuenta del sabor ácido y potente de la fruta. Observa cuanta saliva has producido.
Esto es una pequeña prueba al alcance de cualquiera para observar el poder de la mente sobre el cuerpo.”
Leído en: El arte de la estrategia