El tiempo no se pierde puesto que el ser humano no tiene el tiempo como entidad material en sus manos, es decir, no se trata de una propiedad sino de una realidad que afecta a todo lo existente. El paso del tiempo no sólo afecta al mundo físico sino también al mundo espiritual.
El cuerpo envejece con el paso de los años, pero el espíritu también se vuelve más sabio, es decir, se transforma. En otras ocasiones, también sucede que el corazón se cierra como consecuencia de una decepción amorosa o una traición.Por tanto, el ser humano vive en el tiempo. Nace y muere. Recorre diferentes etapas desde la infancia hasta la vejez. Pero más allá de que el tiempo no sea una propiedad material real que está en manos del ser humano lo cierto es que es una sensación habitual la de estar perdiendo el tiempo cuando sentimos que tenemos la mente en un proyecto que no va a llegar a buen puerto, del mismo modo, también sentimos que estamos perdiendo el tiempo con alguien cuando pese a que damos mil oportunidades para que una historia cambie pero todo sigue igual.
El tiempo es un bien tan preciado y la vida un regalo tan inmenso que tal vez debemos aprender a renunciar. Renunciar a todo aquello que no nos hace bien, alejarnos de las personas que no nos valoran por mucho que les queramos, pensar en nuestro bienestar antes que en el de los demás, de lo contrario, pronto puedes sentirte utilizado.
El tiempo se gana y de forma infinita, cuando aprendes a vivir en contacto con tu yo interior, es decir, cuando descubres tu verdad esencial y sabes quién eres, qué quieres y qué deseas hacer con tu vida. El tiempo se gana cuando te atreves a conducir con libertad el timón de este barco llamado vida y que puede conducirte a la felicidad si te atreves a asumir el riesgo de cumplir tus deseos.
A veces, el tiempo también se pierde en el amor porque existen relaciones que son dañinas para la autoestima desde el principio y cuando ya nos topamos de bruces con la realidad, sentimos la decepción de no habernos dado cuenta a tiempo. En ese caso, tenemos que asumir que hemos estado ciegos de forma consciente puesto que no merece la pena pagar cualquier precio por un buen momento.
Cuanto más tiempo dejas pasar en una relación de amor o amistad que no te satisface mayor será la sensación de frustración que tendrás cuando el vínculo se rompa de forma irremediable en el futuro. Por eso, valora tu vida, tu tiempo y tu presente para descubrir quién eres, qué quieres y qué deseas hacer hoy y ahora.