La amistad implica comprensión, respeto, fidelidad, compañía y compromiso. Los buenos amigos están en las buenas y en las malas, y siempre que nuestro amigo lo requiera.
Un buen amigo es con quien podemos compartir nuestros secretos, nuestras alegrías y tristezas, aquel al cual le tenemos plena confianza. Ser buen amigo significa estar cerca, con una vista o un simple llamado.
A un amigo se le debe dedicar tiempo: no acudir a él solamente cuando lo necesitamos o cuando queremos pedirle algo.
No esperes que sea tu amigo quien siempre te llame: anticípate y de esta manera le demostrarás que te interesa y que ocupa un lugar en tus pensamientos.
No critiques a un amigo cuando estás con otros: si una persona habla mal de tu amigo tienes el deber de defenderlo, o por lo menos de retirarte de la conversación para no ser partícipe de la crítica.
Acéptalo como es: un amigo no tiene porque ser perfecto, basta con que sea buen amigo y nos haga sentir bien en su compañía.
Bríndale tu apoyo incondicional: cuando un amigo te necesite, escúchalo, aconséjalo y trata de ponerte en su lugar para poder ayudarlo.
Alégrate por sus logros: la amistad no contempla competencia ni celos; los buenos amigos se alegran por las cosas buenas que le suceden al otro.
Escúchalo: para compartir una linda amistad, es necesario conocer al otro y para ello debemos escucharlo y tener una buena comunicación.
Quiere a tu amigo por lo que es y no por lo que tiene: una amistad para que sea buena, debe ser desinteresada, valora a tu amigo por lo que te brinda en lo emocional y no por lo que te da de material.
Un buen amigo es quien te acompaña en los momentos buenos y en los malos, quien te reconforta y te da una palabra de aliento cuando más lo necesitas.
Tener un buen amigo es uno de los mejores regalos que nos da la vida, la amistad se debe cultivar en cada momento para que sea duradera y nos colme de alegría.
Ser un mejor amigo es una responsabilidad, pero vale la pena trabajar en ello, ¡como recompensa disfrutarás de una hermosa amistad!