El control de las emociones es fácil si comprendo ¿qué son las emociones y qué las genera?
Pero no se trata de controlarlas directamente por medio de la voluntad o la determinación. Este es un camino largo y agotador.
¡Es que ya no soporto que me dominen!
Estoy como esclavizad@
Soy presa de la tristeza, el miedo y el enojo
Lo sé, he estado allí.
Comprenderé muy bien que la manera práctica y eficiente de manejarlas es volverme muy selectivo con mis pensamientos.
En vez de luchar en contra de lo que me mortifica, aprendo cómo generar emociones armoniosas.
De esta manera voy a:
sentirme liberad@
asumir el control de mi vida
generar los mejores sentimientos
darle sentido y valor a mi vida
alcanzar mi bienestar y paz
¡Me siento atrapad@!
Cuando me caigo en un hoyo, ¿verdad que no sigo excavando más y más profundo? Si caigo en un hoyo, cuanto más profundo sea, más rápido voy a querer salir.
¿Qué sucede cuando caigo en depresión, enojo o miedo?
En vez de querer salir, por el contrario, busco razones para justificar eso que siento.
Contesto lo siguiente con sinceridad…
Cuándo me enojo mucho, ¿no es cierto que repaso detalladamente el asunto, lo veo por un lado y por el otro, buscando razones justificar mi enojo?
¿Resultado?
Me justifico y reafirmo mi enojo. Y me enojo más. Al menos me doy absolutamente toda la razón de estar enojad@.
Excavo y excavo el hoyo y lo hago cada vez más profundo.
Cuanto más profundo lo haga, peor me siento. Pero me sigo dando toda la razón. Argumento que está plenamente justificado que yo sienta estas emociones. Puedo defender el caso ante cualquiera.
El peor ciego es el que no quiere ver.
Yo soy quien más pierde. Yo soy quien escarba el hoyo, quien lo hace más profundo y quien siente la emoción más fea. Llevo la peor parte.
Tal vez la otra persona también esté mal. Pero eso no interesa aquí. Yo tengo responsabilidad únicamente sobre mi vida.
Una persona que me amara un poco me tiraría una cuerda para sacarme de ahí rápidamente y curarme la herida, ¿verdad? Y yo, que soy quien más debiera amarme, me justifico y a veces incluso sigo hundiéndome más.
¡Ya basta!
Cambio ahora mismo ese hábito de quedarme pegad@ y darme cuerda en las emociones negativas.
Quiero comprender a un nivel muy profundo de mi ser que…
No hay nada más importante que sentirme bien
En verdad, no hay nada más importante que eso.
Y si no llego a sentirme del todo bien, al menos quiero mover la energía para sentirme mejor que antes.
¿Sí o sí?
Entonces, para terminar, vamos por un instante más…
...de vuelta al hoyo.
¿Eso que siento tan feo, qué me está indicando?
En este caso, esa emoción me habla de un abismo entre los pensamientos que estoy pensando y lo que quisiera mi esencia.
Mi esencia - mi alma - desearía que yo ya hubiera escalado hacia fuera.
Mi esencia preferiría que hubiera aprendido de la situación y que estuviera ya diseñando mi vida de manera que sólo cosas mejores me sucedieran.
Mi esencia querría que yo ya me hubiera sacudido el polvo de la caída. Querría que yo tuviera de nuevo mi vista puesta en la meta.
¿Cuál meta?
¡No hay nada más importante que sentirme bien!
Bueno, nos acercamos al final de esta página.
La información básica ya la tengo. Ya sé que las emociones solamente me señalan una distancia: mientras peor me sienta, más lejos estoy de “lo mejor de mí”.
Lo que yo haga con esa información es cosa mía. ¿Qué elijo hacer al respecto?
Es mi responsabilidad. ¿Qué quiero hacer con esa información?
Y al responderme, ¿qué emoción siento?
Soy completamente libre de elegir. Puedo elegir mantenerme en la esclavitud de las emociones negativas o soltar las amarras y liberarme. ¿Qué quiero yo para mí?
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