En momentos como los que se están observando en la actualidad, en los que las soluciones a los problemas parecen desvanecerse ante nuestros ojos o estar muy lejos de nuestro alcance, el tema de la fe se convierte en un punto muy sensible y fundamental.
En la Biblia, más específicamente en Hebreos 11:1, podemos encontrar la definición perfecta de la fe: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Para muchos de nosotros, alcanzar esa certeza es un trabajo arduo y complicado, pues con cualquier situación desafiante que se nos presente en la vida, nuestra fe decae fácilmente y nos vemos atrapados en la incertidumbre y el miedo.
Los ángeles, quienes como he dicho en repetidas ocasiones fueron creados por Dios y designados por El para adorarle y ayudarnos a los seres humanos en nuestro proceso evolutivo en la tierra, pueden ser esa mano amiga que nos guíe hacia la paz interior que proporciona la fe. Ellos me explicaron hace un tiempo que el miedo es falta de fe.
El primero es la antítesis de la última. Cuando tenemos la seguridad (léase “fe”) de que algo va a suceder, nos sentimos tranquilos, no tenemos ningún temor o duda.
Algunos de los seres del reino angelical que pueden ayudarnos a trabajar y aumentar nuestra fe, son: Arcángel Jehudiel (para mayor confianza), arcángel Chamuel y arcángel Zafiel (para paz interior), arcángel Miguel (para eliminar el miedo), arcángel Rafael (para sanar nuestro corazón y recobrar la fe perdida), arcángel Barakiel (para tener una actitud positiva y levantar nuestro ánimo), nuestros ángeles guardianes, y el arcángel Metatrón (para encontrar la paz en momentos de crisis).
Un ejemplo de oración o petición al trabajar con los ángeles de Dios es: “Amado Padre, amados ángeles (o si desea acudir a un angel o arcángel en especial decir aquí su(s) nombre(s)), mi lucha interior me ha llevado por caminos bajos y ahora escojo levantarme firmemente en mi fe hacia Dios.
Escojo ahora superar mi pelea con mi espiritualidad y me coloco junto a Dios. Por favor guíenme en mi fe renovada y colóquenme en la dirección en la que necesito estar. Gracias Padre. Gracias, seres de luz. Amén”.
Otra forma de hacerlo es a través de una afirmación sobre un aspecto de su vida sobre el que desea tener mayor fe: “ Padre Celestial, amados ángeles y arcángeles, ahora tengo gran fe que _________se está manifestando en mi vida hoy. Por ello, doy gracias desde mi corazón a ti, Padre, y a los seres de luz que permanentemente me acompañan. Amén”. Espere por manifestaciones y sobre todo, confíe en que lo que ha pedido ya le ha sido concedido.
*Ana Mercedes Rueda