Los ángeles de la guarda son ángeles especiales, asignados por Dios a todos los seres humanos al momento de nacer. Permanecen a nuestro lado toda la vida hasta que se cumpla nuestro ciclo de aprendizaje en la tierra. Están encargados de guiarnos, protegernos, acompañarnos y enseñarnos. Son como nuestros guardaespaldas espirituales.
Los ángeles de la guarda aconsejan pero no obligan. Guían al ser humano en su camino pero no interfieren en su voluntad; fuimos creados con libre albedrío (posibilidad de elección) y somos dueños y responsables de nuestras acciones. El destino o misión de cada persona en la tierra no puede ser cambiado por un ángel guardián. Cada quien decide la manera como lleva su vida.
Los ángeles de la guarda pertenecen al noveno coro. Son infinitamente creativos, por lo que usan una gran variedad de métodos para contactar a las personas. Esto puede ser a través de los pensamientos, la intuición, las ideas, imágenes, la telepatía y esa vocecita interna que nos guía, indicando el camino a seguir y la cual nunca se equivoca. Si conscientemente escuchas la voz de tu conciencia, detrás de ella, escucharás las de tus ángeles de la guarda. Con frecuencia se pueden pasar por alto debido a que son calmadas.
Los ángeles guardianes pueden usar a otras personas para enviar sus mensajes y pueden además “manipular” las circunstancias diarias para ayudarnos en situaciones difíciles. Otras veces, para ofrecernos asistencia física, asumen las características de una persona, animal o simplemente se manifiestan en la forma que los imaginamos, ya que ellos son pensamientos de Dios en forma viva y necesitan adaptarse a nuestra sabiduría y conocimiento.
La Dra. Doreen Virtue, psicóloga americana afirma que todos los seres humanos tenemos al menos dos ángeles de la guarda: “Uno es fuerte y atrevido para asegurarse de que trabajes con tu propósito de vida divina; el otro es más tranquilo y sirve para consolarte y ofrecerte alivio”. Dice además la Dra. Virtue, que se puede invocar ángeles adicionales (todos lo que se quiera) en momentos especiales en la vida, pidiéndole directamente a Dios o visualizándose rodeado de ellos. Lo mismo se puede hacer para un familiar o un buen amigo.
Es primordial establecer contacto directo con los ángeles de la guarda llamándolos a menudo. Lo mejor para iniciar la comunicación es utilizar la forma verbal, ya que los ángeles necesitan escuchar el sonido de nuestra voz. Cada persona, individualmente, debe encontrar “su manera” de conectarse con sus ángeles. No te esfuerces por hacer que los demás te crean. La única persona que debe dar fe de que ha tenido una conexión con sus ángeles eres tú mismo.
Desafortunadamente no todos los seres humanos hacen conciencia de sus ángeles de la guarda. De manera que estos ángeles los cuidan en silencio, otorgando consejo solo cuando se les pide. Los ángeles de la guarda nos protegen y guían siempre dentro de las leyes que rigen el destino de la persona y la voluntad de Dios. En muchas ocasiones nos preguntamos por qué los ángeles de la guarda no actuaron en esos momentos en que nos hemos equivocado; la respuesta más sencilla, aparte de la ya explicada ley del libre albedrío, es que todos estamos en proceso de evolución aprendiendo lecciones que necesitamos superar.
Estando en armonía con los ángeles de la guarda, la intuición aumenta y se comienza a entender los mensajes de advertencia y guía que entregan. Si te sientes mentalmente “bloqueado” o “desconectado” de tus ángeles de la guarda, empieza por contar las bendiciones que a diario recibes y da las gracias a Dios por enviar a los ángeles para brindarte ayuda; poco a poco irás sintiendo su presencia y regalos.
Los ángeles están siempre dispuestos a ayudar, obviamente depende mucho de la actitud y devoción de las personas hacia Dios. Nosotros somos los únicos que podemos abrir la puerta de nuestra mente, alma, corazón y cuerpo para que ellos nos ayuden.
La iglesia católica celebra el día de los ángeles de la guarda el 02 de octubre.
Martha Muñoz Losada