El árbol al igual que las personas está emitiendo vibraciones energéticas constantemente y son perfectamente asimilables por el ser humano, se pueden absorber y podemos beneficiarnos de sus efectos. La energía emanada por los árboles, al igual que la humana, es invisible al ojo físico, es lo que conocemos como aura, que solo se percibe sensitivamente.
Debido a que la extensión energética de los árboles es más o menos grande, bastará penetrar en su radio de acción para sentir su emanación áurica, la cual percibiremos en mayor o menor intensidad dependiendo de las características de cada árbol y su situación ambiental. Este tipo de energía se absorbe con el simple hecho de pasear por un bosque. Al hacerlo escoge algún árbol que te llame la atención; conscientemente puedes aumentar la captación de energía regulando tu respiración a un ritmo tranquilo y profundo, y si quieres profundizar tu conexión con el árbol puedes hacer contacto físico con el; a través de las manos podemos realizar una captación más consciente, son una zona muy sensible a la emisión y captación vibratoria ya que en la palma existen varios puntos de entrada y salida de energía. La posición más conveniente es la de seguir las grietas o fisuras de la corteza en el sentido que las presenta el árbol. También podemos establecer el contacto con el árbol por la parte central de la espalda, recorriendo la columna vertebral, ya que se encuentra el canal energético principal del cuerpo. Apoyando esta zona en el tronco del árbol absorberemos la energía que emana.