Cualquier meta es mejor que ninguna, eso es definitivo. Muchas personas andan a la deriva por la vida, tal como si fuera un barco cuyo navegante perdió la brújula. Es difícil andar por la vida sin saber tu destino final, ¿pero no sería más fácil por lo menos conociendo cual sería tu siguiente destino? Ahora verás a que me refiero.
Imagina que estás perdido en la selva. Estas viendo árboles y troncos por todas partes, animales al acecho, intenso calor y estas sudando mucho. Te separaste de tu grupo con el que estabas haciendo el tour por la selva, piensas que ya deberías haberlos encontrado y entonces un mal presentimiento te invade.
Un pensamiento optimista aparece: sabes que debes llegar a la reservación, porque ahí es el punto donde hay personas. Pero en medio de la selva no tienes ni idea de para donde ir, por lo que tal pensamiento comienza a deshacerse. Estas metiendo en tus pensamientos cuando escuchas un río.
Si, un río, ¡estás salvado! Porque te llega la siguiente lógica: los ríos se construyen junto a asentamientos, posiblemente si lo sigues encontrarás un poblado en donde podrás preguntar donde se encuentra la reservación. Esto es un ejemplo perfecto de que cualquier meta es mejor que ninguna.
Cualquier meta es mejor que ninguna a la cual seguir.
Estoy seguro que no solo aquí has leído que debemos tener metas en la vida. Pero también sé que para muchas personas se vuelve una tarea muy difícil. No voy a hablar el día de hoy sobre la forma de encontrarlas –eso ya lo he hecho y lo volveré hacer en otra ocasión-. Pero, ¿qué hacer cuando no la has encontrado?
Mi sugerencia es encontrar mini metas, es decir, no son el objetivo de tu vida, pero te dará algo porque luchar. De esta manera estarás constantemente motivado para mejorar en ciertos aspectos, que si bien no son lo más importante para ti, si te brindarán beneficios a tu persona. Y posiblemente termines encontrando tu verdadero propósito.
Por ejemplo, no sabes lo que quieres en la vida, pero te gusta tocar la guitarra. Te inscribes a unos cursos y decides aprenderla, una habilidad que te ayudará a hacer arte, divertir a tus amigos y en general pasarla bien. Pero cuando comienzas a tocar, te das cuenta que te gusta a tal grado que quieres hacer eso el resto de tu vida. Ahora serás música.
Pero también podría no ser para tanto, simplemente lo quieres aprender y ya. Como verás, en este ejemplo cumpliste una mini meta, ahora ganaste una habilidad más. Pero pudo haberte llevado a encontrar tu propósito en la vida. La idea es estar siempre en movimiento, mejorando, algún día trabajando así encontrarás lo que quieres ser. Por eso tener cualquier meta es mejor que ninguna.
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