No muchos toman en cuenta el poder de nuestra propia voz en nosotros mismos. Debes saber que no es lo mismo pensar en tu interior y hablarte. Saber utilizar esta capacidad de forma correcta te dará amplias posibilidades de desarrollarte para tener éxito y mayor autocontrol. Muchos ganadores lo usan con frecuencia.
Por ejemplo, ¿has visto como algunas personas antes de salir, pasan al espejo y se dicen lo geniales que son? Una vez vi eso en una película y la persona que estaba conmigo simplemente se río de lo sucedido. Empezó a verlo como un bicho raro con una costumbre ridícula, pero es que no entendió lo que pasó.
Esa persona se estaba autoprogramando usando el poder de su propia voz. Estaba haciendo que la orden pase por sus oídos y llegue al cerebro subconsciente. No es el mismo proceso que ocurre cuando piensas algo que hacerlo de esta forma. Te voy a ejemplificar como funciona, para que empieces a usarlo.
Nuestro cerebro subconsciente rige gran parte de nuestras acciones. Para que algo lo aprenda, debes repetirlo de manera constante hasta que lo haga suyo. Entonces, estará actuando en tu comportamiento, la mayoría de las veces sin que te des cuenta. Y eso también es peligroso si se usa mal.
La voz de tu subconsciente.
Si todos los días al salir te paras frente al espejo y te repites que eres un ganador, que eres una persona que logra todo lo que quiere y no teme, poco a poco tu mente lo creerá. Entonces, tu modo de pensar cambiará, podrás realizar acciones que antes no podías. Tu mente consciente no tendrá que luchar contra tu interior.
En cambio imagínate alguien que todos los días se golpea la cabeza diciendo que es un tonto. Al mínimo fracaso, se dice tonto o idiota. Al cabo de un tiempo, estará tan convencido de ello que no tendrá la mínima voluntad para luchar o resistir el fracaso, porque “después de todo” solo es un tonto y es lógico.
Empieza a hablarte a ti mismo. Que no te de vergüenza, puedes hacerlo solo en el baño antes de salir. No tienes que usar enormes discursos, de hecho son menos efectivos. Usa una sola frase, repítetela todos los días, una que te permita tener el resultado que quieres. Y hazlo por lo menos durante 30 días.
Luego de ese tiempo quedará programado, pero recuerda decirlo de verdad, no jugando. Si no, tu mente no lo comprenderá como algo serio. ¿Te da pena, sientes que es una tontería? Recuerda que los triunfadores hacemos cosas diferentes a la de la mayoría, por eso tenemos resultados diferentes. Y suelen ser mejores.
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