Hay demasiadas tragedias ignoradas o silenciadas simplemente porque a los gobiernos de turno no les interesa tener que dar explicaciones de sus errores.
¿Fue acaso la tragedia del Titanic la mayor en la historia naval del siglo XX? En tiempos de paz, sí lo fue. Pero para tiempos de guerra, la realidad es diferente.
Hay demasiadas tragedias ignoradas o silenciadas simplemente porque a los gobiernos de turno no les interesa tener que dar explicaciones de sus errores y/u horrores.
Un caso, aunque no marítimo, sino terrestre, ocurrió en la ciudad china de Nanking donde 50.000 soldados de las tropas japonesas el 13 de diciembre de 1937, en el marco de la guerra Sino-Japonesa (1931-1945) invadieron la ciudad. Durante 8 semanas masacraron a más de 300.000 personas utilizando métodos verdaderamente incontables.
Nunca se publicitó esta masacre, ya que los norteamericanos pactaron secretamente con el gobierno de Tokio que ignorarían los crímenes a cambio de información sobre guerra biológica llevada a cabo en población asiática por el gobierno Nipón. El gobierno chino también calló. No hay textos que registren este “holocausto olvidado” en comparación con los innumerables registros de la Shoah Judía (holocausto) que se nos recuerda hasta el cansancio.
Iris Chang (1968-2004; una verdadera heroína) periodista chino – norteamericana en su libro “La violación de Nanking” relata este “conveniente olvido” de la historia. Absolutamente conmovedor.
Volviendo al tema de las catástrofes marítimas:
Gustloff
El crucero Willheim Gustloff, un transatlántico de pasajeros fue hundido a finales de enero de 1945 por un submarino soviético. En aquél intentaban escapar desesperadamente de las tropas soviéticas mujeres, niños (la gran mayoría) soldados heridos y el resto de las tropas alemanas que quedaban en las cercanías de la localidad de Gotenhafen donde estaba anclado el crucero. La cifra de las personas que abordaron el barco superaba las 8.000 pero incluso algunas fuentes las sitúan alrededor de las 10.000 personas. Sólo sobrevivieron 1.239 seres humanos. Es la mayor catástrofe náutica de la historia conocida.
El nombre del comandante del submarino soviético (S-13) que dio la orden de disparar era Alexander Marinesko. Después de hundir al Gustloff, en febrero torpedeaba al crucero Steuben donde fallecieron casi 5.000 soldados heridos y refugiados, que huían de las tropas soviéticas. En abril torpedeó al barco hospital Goya, en él murieron más de 7.000 personas, la gran mayoría refugiados. El alto mando soviético silenció estas masacres para evitar que se les culpara de actos de crueldad contra población civil. Marinesko fue expulsado de la marina soviética en septiembre de 1945 en forma deshonrosa, sin embargo en 1990 fue nombrado héroe de la Unión Soviética. No necesitamos esa clase de “héroes”. Ciertamente no parece ser un modelo de heroísmo digno de imitación.
Lusitania
Fue uno de los transatlánticos para transporte de pasajeros más lujoso y rápido que cubría las rutas entre el viejo y nuevo continente. El día 7 de mayo de 1915, frente a las costas de Irlanda, fue torpedeado por un submarino alemán. Este ataque a un barco civil durante la primera guerra mundial terminó con la vida de 1.198 personas de las cuales 128 eran norteamericanos y 100 eran niños, de un total de 2.800 personas entre pasajeros y tripulantes. ¿Cuál es la importancia de este dato estadístico? Fue la “excusa” que ocuparon los Estados Unidos para entrar en el conflicto armado que se desarrollaba en Europa. Aunque no lo hicieron hasta dos años más tarde. Transportaba también varias toneladas de munición (extraño, ya que viajaba hacia Norteamérica que no estaba en conflicto en ese momento). Fuentes diversas señalan que podían ser de 173 a 5.000 toneladas de municiones que transportaba. Se dice que ésta sería la verdadera causa del desastre y no los torpedos alemanes aunque éstos impactaron en la bodega de las municiones. El Lusitania se hundió en 18 minutos.
Un investigador oficial británico del desastre, Lord Mersey (John Bigham, 1840-1929) se refirió al caso del Lusitania como “un maldito y sucio asunto”. Extrañas palabras, ¿Acaso se refería a una conspiración? Hay muchas incógnitas que no fueron adecuadamente respondidas. En el fondo los motivos de la primera guerra mundial eran comerciales. La banca le había prestado grandes sumas de dinero a Gran Bretaña, con una gran implicación en la industria y comercio. Alemania era el gran competidor de los británicos. En palabras del mismo Winston Churchill refiriéndose a la entrada de los Estados Unidos en la guerra: “La paz se hubiera logrado con Alemania, no hubiera existido colapso alguno por el que Rusia hubiera optado por el comunismo, ni caída del gobierno en Italia, seguida por el fascismo, y el nazismo nunca hubiese ganado ascendencia en Alemania.”
El Capitán del submarino alemán que hundió al Lusitania, Walther Schwieger, obtuvo la más alta condecoración naval póstuma en 1917. Para muchos un criminal de guerra para otros simplemente cumplió órdenes. El hecho es que atacó una nave civil. Otro “héroe” para no imitar.
Cap Arcona
Fue un lujoso crucero alemán interoceánico que fue hundido intencionalmente el 3 de mayo de 1945 cerca de la bahía de Lübeck. El barco fue cargado con prisioneros aliados del campo de concentración de Neuengamme y Stutthoff. En la misma operación había otros 3 navíos también cargados con prisioneros. El total de víctimas superó las 7.500 personas.
Las fuerzas de las SS sacaron a todos los prisioneros (fundamentalmente rusos y franceses) de los campos mencionados y los llevaron, en marcha forzada, al puerto de Lübeck. La idea era subir a los prisioneros a los buques, encerrarlos y hundirlos en alta mar. El día 3 de mayo, un avión de reconocimiento británico que volaba demasiado alto para distinguir a los prisioneros de los soldados alemanes, dio la alerta a cuatro escuadras de cazabombarderos modelo Thyphoon que bombardearon y ametrallaron los navíos. Ningún gobierno británico se ha pronunciado alguna vez sobre este fatídico error de su aviación y muchos de los sobrevivientes franceses siguen reclamando que se conozca la verdad. ¿Se conocerá? Cuando en realidad los archivos se abrirán en el 2045. Ya nadie quedará que le importe algo esta triste historia.
Vaya este sencillo texto como homenaje, recuerdo y una ofrenda a quienes han sido sacrificados en tanta tragedia en el mar, los aires y en la tierra, a los ignorados por los medios o a quienes sus nombres jamás serán recordados. En tiempos de paz (que han sido muy pocos en la historia conocida) y en los de guerra donde la insensatez gobierna los corazones. Tantos héroes olvidados, tantas luces apagadas, tanto amor abortado. Si las tragedias continúan y las guerras también, es porque los “dioses” siguen demandando sangre y por lo tanto nos seguirán llevando por el camino del miedo, de la división y de la ilusión de separación del Todo para así seguir censurándonos y matándonos unos a otros.
También en la guerra afloran gestos de humanidad y amor tan poderosos que nos llevan a confiar en que las cosas cambiarán, que así sea!!! Casos como el del sacerdote franciscano Maximiliano Kolbe; la maravillosa Irena Sendler o el conocido Oskar Schindler y tantos otros héroes anónimos que han salvado vidas, nos dan algo de esperanza de que no nos autodestruiremos.
Conocido es el pensamiento de A. Einstein que al preguntársele cómo sería una tercera guerra mundial, señaló que no lo sabía pero que estaba seguro que la cuarta sería con piedras y palos.
Como imagino nadie de nosotros desea más guerras, pregunto ¿Qué haces diariamente por traer paz a tu vida, a tu interior, para así irradiar paz al mundo? Todos somos capaces de hacer algo en el lugar en el que nos encontramos para dejar un mundo mejor el día de hoy, ahora. Somos los héroes de nuestras propias vidas, tenemos el poder de cambiar la realidad pero desde dentro, desde la consciencia o mejor dicho, desde los distintos niveles de percepción de la realidad subjetiva a la que cada uno puede acceder. Aún estamos a tiempo.
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