Alcanzar la iluminación es el objetivo final de cualquier enseñanza esotérica que pretenda ser seria.
Todos nosotros nos encontramos perdidos en un enorme laberinto, un laberinto que está constantemente en movimiento y que cambia a cada instante, cada pensamiento, cada idea, cada sentimiento, cada cosa que sucede en el mundo le va dando nueva forma al laberinto y este va mutando de instante en instante.
Nos encontramos en el laberinto de la materia y de la energía, en el laberinto de los sentimientos inestables y de los pensamientos que no se detienen, en el laberinto de la fantasía y la ilusión, en el laberinto del mundo cuántico.
En nuestra contra tenemos al ego que se identifica, se alimenta y se fortalece con todas las falsedades del laberinto, en nuestro favor tenemos a nuestro Dios interno, ese pedacito de esencia de origen divino que cuando se pone en actividad y se libera tiene un poder enorme.
Esta esencia divina se encuentra atrapada por la materia, por la energía, totalmente contaminada por partículas del mundo cuántico.
Este mundo cuántico tiene una conexión directa con nuestra mente y nuestro cerebro, y todo pensamiento que usted tiene también opera en el mundo cuántico, el cerebro humano además de ser un órgano que opera con sustancias químicas, energía eléctrica y todo lo que la ciencia ya ha descubierto, también es un órgano cuántico que tiene la capacidad de establecer una conexión con ese mundo.
Para alcanzar la iluminación tenemos que aprender a desintegrar el ego y a liberar la esencia divina y en este trabajo comenzamos a ganar conciencia comenzamos a aprender a movernos por el laberinto con destreza comenzamos a aprender y a observar la naturaleza y el mundo que nos rodea, aprendemos a escuchar a Dios y de esta forma poco a poco nos vamos iluminando.
Porque en definitiva iluminarse es simplemente eso, hacer desaparecer la oscuridad con la luz.
Para hacer este trabajo nosotros necesitamos energía divina que no es de la misma naturaleza que la energía que conocemos, la energía divina proviene del vacío, necesitamos poder y si no lo tenemos, si no tenemos un lugar de donde sacar esa energía divina sin lugar a dudas seremos derrotados por el ego y nuestros avances sólo serán imaginarios.
Este es uno de los puntos más importantes por la cual han fallado todas las enseñanzas hasta este momento.
Muchas enseñanzas han hablado de la eliminación del ego y el desarrollo de la conciencia pero todo esto no lleva a ninguna parte si no disponemos de la energía divina que alimenta a la esencia divina y al dios interno.
El ego se alimenta crece y se desarrolla con todas las cosas que dijimos al principio de este artículo, y nuestro Dios interno nuestra esencia divina también tiene que alimentarse crecer y desarrollarse y para eso necesita necesariamente de la energía divina de la cual estamos hablando.
Los misterios que nos entregan el conocimiento y los métodos para poder utilizar esta energía divina, han sido los más ocultos de toda la historia de la humanidad, todo aquel que los ha conocido sólo se los ha entregado de boca a oído a un pequeño grupo de discípulos; entregaré públicamente este conocimiento en esta era de acuario.
Lo escrito en este artículo es simplemente el conocimiento más básico de lo que se necesita en el camino a la iluminación, no es lo único se necesitan también otras cosas pero esto es el principio.
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