En el universo existen varias leyes universales, la ley de la atracción es la más importante de ellas. Esta ley universal dice que lo semejante atrae lo semejante.
Para comprender esto es necesario saber que vivimos en un universo mental, donde todo es energía y donde esa energía emite una vibración.
Cuando tú piensas, emites una vibración (un sonido). Esa vibración no puede ser percibida por el oído humano pero el hecho de no escucharla no quiere decir que no exista.
Entonces… el proceso de creación es así…
Tú tienes un pensamiento. Ese pensamiento emite una vibración. Esa vibración es comprendida por la ley de la atracción y ella responde a esa vibración enviando a tu vida aquello que tiene una vibración “semejante” a la vibración que tú emitiste con tu pensamiento.
Tú selecciones la experiencia que deseas vivir con tu pensamiento. ¿Cómo lo haces? Cuando centras tu atención en algo que tú deseas ser, hacer o tener tú estás centrando un pensamiento en “eso” que deseas se manifieste en tu vida.
El hecho de pensar en “eso” que deseas hace que tú lo atraigas a tu vida.
Es importante que sepas que debes ser coherente durante todo el día, durante todos los días, en tu intención de atraer esa experiencia a tu vida. Muchas personas cometen el error de visualizar lo que desean durante varios minutos al día pero el resto del día están preocupados, dudosos, ansiosos… por ver su manifestación realizada en su realidad.
Tú deseo primero se manifiesta en el plano no-físico. Tú no puedes percibirlo con tus sentidos físicos. Pero luego… cuando hay una suficiente cantidad de energía acumulada ese deseo se materializa en tu plano físico, en tu realidad. El tiempo que demore en manifestarse depende de ti, depende de tu alineación con tu deseo.
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