Tus pensamientos crean tu vida, y esto es así gracias a la maravillosa Ley de la Atracción que atrae a tu vida aquello en lo que piensas con mayor frecuencia, es decir, atraes a tu vida aquello en lo que CREES.
Es muy frecuente que cuando conoces la Ley de la Atracción comiences a estar muy pendiente de tus pensamientos y de aquellas manifestaciones que llegan a tu vida.
La primera reacción es EVITAR aquello que no deseas en tu vida.
Solo enfocándote en lo que deseas y quitando tu atención de lo que no deseas es que atraes a tu vida una nueva manifestación, una manifestación que sea exactamente lo que tú deseas experimentar en tu vida.
Pero cuidado… El hecho de evitar lo que no deseas, hace que inconscientemente centres tu atención en ello. Puedes darte cuenta de esto cuando tus sentimientos te indican que te sientes mal observando esa experiencia que no deseas. Por experiencia me refiero a una situación como por ejemplo no tener el dinero que deseas, o una relación como por ejemplo que tu pareja te es infiel o una cosa como por ejemplo que te han robado.
Todo lo que llega a tu vida es parte de ti. Lo bueno y lo malo. Lo que te hace feliz y lo que te pone triste. La dualidad existe para que tú puedas elegir.
Veamos un ejemplo…
Tú puedes elegir entre tener dinero y no tener dinero.
Tú puedes elegir entre un cuerpo obeso y un cuerpo delgado.
Tú puedes elegir entre preocuparte o ser feliz.
Y… así hasta el infinito.
Todo tiene su opuesto. Vivimos en un mundo donde puedes percibir la dualidad por todos lados y es maravilloso que así sea!
Gracias a la dualidad tú puedes elegir. Tú utilizas la dualidad para ver los opuestos y así poder elegir cuál es la experiencia que deseas vivir.
Es por eso que no debes RESISTIRTE a lo que no deseas en tu vida. Acepta que es parte de ti. Acepta que gracias a “eso” que no deseas puedes elegir qué es lo que sí deseas. Una vez aceptas y agradeces por todo lo que llega a tu vida, tienes la posibilidad, libre y pura, de elegir nuevamente lo que sí deseas en tu vida.
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