Alison Lapper, una joven sin brazos y con las extremidades inferiores más cortas, nunca se imaginó que podía ser madre pero hace tres años tuvo un bebé y logró el objetivo de cualquier mujer normal con sus limitadas condiciones.
Tiene 38 años y es inglesa. Sus padres la abandonaron cuando nació y pasó su infancia en una institución para minusválidos sin miembros, debido a los efectos de la talidomida.
Sin embargo a los 19 años se diplomó en Bellas Artes convirtiéndose en una pintora reconocida que pinta con la boca, puede conducir un auto y puede cuidar a su hijo, mucho más que otros que con todo su cuerpo completo no logran hacer nada constructivo.
Lo que muchas veces no puede hacer una madre con su físico completo y sin ningún tipo de discapacidad, lo puede lograr Alison en su condición, con pleno éxito
Sólo necesitó mucho amor y adquirir algunas destrezas increíbles que sólo alguien con mucha voluntad e interés puede desarrollar.
Como todas las personas sin brazos, May se maneja con sus pies y con su boca. Puede cocinar, cambiarle los pañales a su bebé, colgarlo de su cuello, en fin, hacer todo lo que necesita un bebé para desarrollarse saludable y feliz. Sólo recibe la ayuda de una joven que le da una mano con los quehaceres algunas horas.
Este niño tiene una madre de tiempo completo, cosa que no es poco y que no todos los niños hoy en día tienen la suerte de tener.
Los niños son felices con la proximidad de la madre, principalmente cuando se producen situaciones de tensión. Odian quedarse solos y no se tranquilizan con extraños.
Se quedan tranquilos con su madre y cuando tienen la certeza de ser amados.
Se han hecho experiencias para poder observar la conducta de los niños de una manera controlada; y se pudo comprobar, que cuando una madre está haciendo otra cosa mientras está con su hijo, cuando se va de la habitación el niño no lo registra y cuando hay un extraño que se interesa por él parece agradarle más que su madre. Y cuando ella vuelve a la escena, el niño no demuestra ningún signo de interés por ella ni de alegría o placer. La alegría es registrada electrónicamente con el latido del corazón.
Existen niños que son muy demandantes; y a veces no se trata de problemas de educación sino de niños con cierta tendencia a buscar emociones.
Estos buscadores de emociones necesitan una mayor cantidad de estímulos que los demás niños y pueden llegar a adoptar conductas peligrosas.
Por lo general madres ansiosas pueden tener hijos ansiosos, pero afortunadamente no todos adoptan las características de sus madres.
A veces los niños son sometidos a una rutina extenuante derivada de la misma vida acelerada y llena de ocupaciones de sus padres.
No se respetan los tiempos de los niños que son más lentos, ellos necesitan más que nosotros estar no haciendo nada práctico o útil sino simplemente jugar o simplemente estar en compañía sin hacer nada.
Todos sabemos que no todas las madres tienen verdadera vocación para serlo, sin embargo tienen hijos, a veces porque se comparan con otros que los tienen y quieren hacer lo mismo, sin tener en cuenta qué es lo que realmente quieren ellas.
Estar con niños es tener la capacidad de ponerse en el lugar de ellos, llegar a su nivel para poder volver a jugar, como lo hacíamos cuando éramos como ellos, sin ningún apuro, hablando su mismo idioma, para poder entrar en su mundo, establecer un vínculo y comprenderlos.
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