Algunos pensamos mejor en la ducha. El siguiente ejercicio te permite obtener claridad y limpieza en el cuerpo físico, el mental y el emocional.
Si no puedes recurrir a una verdadera ducha, puedes hacer esta liberación como visualización. Descubrirás que es sumamente efectiva para trabajar con sensaciones de ambivalencia, indecisión, pereza, postergaciones, y falta de concentración. Pero puedes lavar también cualquier otro problema.
1) Ponte de pie, con la cabeza bajo la ducha, de modo que el agua te rodee por todas partes.
2) Señala el problema del que quieres liberarte y experiméntalo dentro de ti. Siéntelo a tu alrededor, en el campo de energía que rodea tu cuerpo.
3) Mientras el agua cae a tu alrededor, siente cómo se lleva lo que deseas liberar. Usa las manos para escurrir el problema e imagina que se va por el desagüe.
4) Recuerda agradecer al problema las lecciones que te ha enseñado y a los Ángeles del agua el haber ayudado a limpiar tu ser.
5) Disfruta del resto de la ducha
Hay quienes utilizan este ejercicio todas las mañanas cuando se duchan, con el fin de preparase para la jornada. El mismo ayuda a enfrentar con armonía el trabajo que se tiene por delante, aún si la noche anterior se estuvo de fiesta y se acostó tarde.
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