Es una invocación particularísima para ser dirigida mentalmente hacia los lugares de guerra o en los que hayan ocurrido estragos, torturas, actos de terrorismo, matanzas realizadas por el hombre o por las fuerzas de la naturaleza, graves incidentes con muchas víctimas.
Fue compuesta para el Ghetto de Varsovia. Todavía hoy se copia en tiras de papel que enrolladas son depositadas donde sea posible, entre las piedras, en las fisuras de los muros y en los muchos sitios de sufrimiento sobre la Tierra.
Si se acompaña con pensamientos compasivos, posee un gran poder evocador. Solicita la intervención del Deva Consolador. Es la primera vez que su publicación es autorizada, pues ya es tiempo de que difundamos esta costumbre reparadora.
Como pétalos de rosas en un desierto de sal,
Amor, compasión, dulzura,
Pensamientos comprensivos
Desciendan a estos lugares.
Que los cielos se abran
Y ángeles misericordiosos hagan descender
Miel y ambrosía para curar las heridas:
A través del tiempo y el espacio.
De los reinos oscuros
De donde locura y terror han surgido
Locura y terror retornen
Y que la Nada los trague.
Que la Luz envuelva con su rayo
Toda vida truncada, y compense
Cada gota de sangre, y
Cada lágrima.
Que la nueva vida sea fácil
Y el karma positivo.
Devas Consoladores, lleven a quien queda
Resignación y fortaleza.
Y que el Hombre comprenda
Y la Tierra no olvide…