Te daré por separado un ejercicio muy importante, sobre todo la primera vez que se efectúa. En este caso visualizar al propio Ángel significa entrar efectivamente en contacto con él. Significa abrir de nuestra iniciativa aquella puerta detrás de la cual el Ángel ha estado siempre exiliado.
En los planos sutiles, existen barreras tan sólidas como en los planos de lo físico. Un pensamiento negativo crea una pared en el plano astral, insuperable para las criaturas que aquí viven y trabajan. Viceversa, la apertura mental y la disponibilidad abren un camino que podrán recorrer para llegar hasta nosotros.
La visualización, en realidad es una técnica para hacer descender la sustancia de los planos superiores hacia los vehículos inferiores. Es una verdadera técnica de transmutación.
El ejercicio completo para la visualización del propio Ángel hay que ejecutarlo en sus detalles sólo la primera vez, después será suficiente hacer volver a la mente su presencia y el Ángel estará cerca de nosotros.
Recordemos, además, que el Ángel es armonía y belleza, dispongámonos mentalmente en la mejor situación de serenidad física y mental.
En la visualización, la primera imagen que aparece es la más importante, la que será utilizada como referencia cada vez que se quiera volver a llamar al Ángel de la muerte.
En el momento en que leas las instrucciones, hazlo con la máxima serenidad y atención, pues esta primera lectura es ya una meditación. Las imágenes se formarán en tu mente en el momento mismo en que leas la palabra escrita. Esas imágenes son reales.
Si logras visualizar durante la lectura, habrás obtenido el mismo resultado de la meditación. El Ser que habrás visualizado a libro abierto será el que retorne, cada vez que lo llames con tu mente.
PROGRAMACIÓN ANGÉLICA NRO. 1 – Conoce a tu ángel
Antes de leer lo que sigue, tranquiliza tu espíritu y prepárate exactamente como si debieses meditar con los ojos cerrados:
1) Siéntate cómoda y relajada.
2) Efectúa tres respiraciones lentas y profundas.
3) Visualiza un gran cielo azul nocturno. Imagina que estás al aire libre en una espléndida noche estival. Estás observando el cielo nocturno de un azul intenso, tachonado de estrellas. Todo en torno tuyo es serenidad y paz, envuelto por el color de la noche.
4) Fija tu atención observando las estrellas, míralas, busca con calma, contando por lo menos hasta siete. Parecerá que las estrellas huyen o desaparecieran de tu visión; no te preocupes del resultado, no estás compitiendo con el tiempo. Puede ser suficiente un minuto o diez, utiliza el tiempo necesario.
5) Observa ahora atentamente una sola estrella. Aíslala de las otras y mira cómo resplandece en el cielo nocturno. Lentamente es punto luminoso se mueve. Atraviesa el cielo y baja hacia donde estás.
6) Según se va acercando se vuelve cada vez más grande y luminosa. Su luz alumbra el cielo nocturno, se ha vuelto ahora como un gran meteoro luminoso.
7) Continúa observando esta transformación. En el interior de esta luz se entrevé una figura. Obsérvala atentamente mientras se va dibujando su silueta: es tu Ángel.
8 ) Presta mucha atención a esta criatura. Anota mentalmente cada uno de sus detalles. Imprímela bien en tu mente y en tu corazón. Es tu Ángel.
9) Sonríele y camina a su encuentro con las manos tendidas. Él vendrá hacia ti envolviéndote completamente con su luz. Serás todo uno con su luz.
10) Entre tu realidad y la suya se ha establecido un contacto. Mantente mentalmente en su luz, mientras que logres visualizarlo, podrás comunicarte con él, podrás hablarle. Antes que nada, dale las gracias por haber respondido a tu llamada.
11) Pídele ayuda y protección. Pídele que se quede a tu lado y que vuelva cuando tengas necesidad de Él.
12) Mantén este contacto vivo en tu mente, no será difícil. La sensación es tan agradable que difícilmente tenderás a abandonarla.
13) Manifiéstale tu amor y tu gratitud. Usa las palabras que surgirán directamente de tu corazón. No busques un lenguaje sofisticado. Háblale como hablarías a tu imagen reflejada en un espejo.
14) Prométele la asiduidad de tu pensamiento y la autenticidad de tu amor. El Ángel es verdad y pureza además de energía.
15) Salúdale con afecto y gratitud y déjale volver a su cielo azul, no lejos de ti. No estará nunca tan lejos como para no poder escuchar tu llamada a intervenir.
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