Un amigo mío que trabaja de agente de seguros, me contó la siguiente experiencia suya. En cierta ocasión hace años, cuando estaba soltero, tomó la decisión de visitar a una prostituta porque se sentía muy solo. Cuando se encontraba a tres bloques de su destino algo cayó en la acera a un metro de sus pies con un ruido estrepitoso. Se trataba de una fuente llena de ensaladilla. Cuando miró hacia arriba descubrió la cabeza de una mujer muy pálida que pedía disculpas una y otra vez. La fuente con la ensaladilla se le había escapado de las manos cuando intentaba colocarla en la repisa de su ventana.
Cuando mi amigo superó el susto se dio cuenta de lo que le había ocurrido. No quedaba ningún centímetro de su cuerpo que se hubiera salvado de las salpicaduras de la ensaladilla mezclada con los miles de añicos de la fuente de cristal. También su cara y su pelo estaban cubiertos. Así no podía ir a ningún sitio y se acordó de repente que tenía una muda completa en su coche, ya que era verano y a veces tenía que cambiarse durante el día sin poder ir a su casa primero.
Ya que no quería desnudarse en medio de la calle, acudió a una tintorería para cambiarse y hacer limpiar el traje al mismo tiempo. En la tintorería encontró a una joven muy guapa y empezó a charlar con ella. Como casi era la hora de cerrar el negocio, la invitó a cenar para contarle la historia de su percance. Durante esta noche olvidó completamente lo que había querido hacer al principio y ocho meses después se casó con la mujer de la tintorería. En su boda sus amigos tiraron una fuente con ensaladilla a la salida de la iglesia en lugar del arroz habitual. Hace poco me dijo que estaba convencido que todo esto tenía que ocurrir así ya que de otra manera no hubiera conocido a su mujer porque normalmente no frecuentaba este barrio de la ciudad.
Cuando le contó a su mujer la conversación que había mantenido conmigo, ella le confesó que cuando se conocieron estaba leyendo un libro del Dr. Murphy y que siguiendo los consejos de este libro, practicaba cada día la siguiente afirmación: "Doy gracias a la inteligencia infinita dentro de mí por el hombre ideal que ahora entra en mi vida según el orden divino. Sé que este hombre me quiere y me corresponde totalmente a lo que siempre me he imaginado"
A veces la inteligencia infinita tiene que usar métodos y medidas bastante drásticos para ayudarnos a ser felices. Pero aquí, como también en la mayoría de los casos, se puede decir que el propósito santifica los medios.
Después de esto la pareja empezó a asistir a seminarios sobre el trabajo mental que ahora se ha convertido en una práctica importante en su vida cotidiana. Mucho más tarde él me comentó en cierta ocasión: "¿Por qué debería trabajar duramente si puedo ganar dinero más fácilmente a través de la aplicación de las leyes mentales?".
Ambos comprendieron que podían eliminar la palabra casualidad de su vocabulario y lo hicieron con todas sus consecuencias. La planeada visita a una prostituta hubiera sido la primera de la vida de mi amigo y él había tomado esa decisión porque se sentía solo y deseaba un poco de amor. No podía imaginarse que su decisión de ver a una de las damas de la noche le llevaría al matrimonio, pero la vida transcurre a veces por senderos extraños.
Los caminos que elige su subconsciente son insondables y no se pueden prever en absoluto. Su subconsciente tiene millones o miles de millones de caminos y canales para contestarle. Sólo hace falta tener confianza en él para que se produzcan auténticos milagros. No he visto nunca a nadie que haya fracasado teniendo esta confianza. También usted puede llegar a tener éxito pero primero tendrá que hacer algo. Puede cambiar su futuro si cambia sus pensamientos y puede hacerlo ahora, porque todo lo que ocurre, ocurre siempre en el eterno presente. No se puede tener un propósito mejor. Pero no debemos quedarnos en el propósito. Tenemos que darle vida para poder cosechar los frutos.
En un libro de Burt Goldman y José Silva he encontrado la explicación más divertida y en mi opinión más profunda para el concepto de causa y efecto:
"Un día una hoja cayó de un árbol en un bosque californiano. Aterrizó en el suelo y una oruga que andaba por allí tuvo que desviarse de su camino para esquivarla. Por ello llegó al tronco de un árbol cortado. La oruga comenzó a subir por el tronco y cuando llegó arriba de todo apareció un hombre que se sentó en el tronco y aplastó la oruga con su trasero. El hombre se levantó de un salto y se tocó la parte trasera de su pantalón, donde encontró una mancha pegajosa. Cuando llegó a su casa se cambió y llevó el pantalón a una tintorería. Allí encontró a una joven. Se pusieron a hablar y después continuaron su conversación en una cafetería cercana. Empezaron a salir juntos, se enamoraron, se casaron y tuvieron un hijo. Este chico era muy inteligente, traía buenas notas del colegío, se hizo abogado para dedicarse más tarde a la política y hacer carrera dentro de su partido. Y así fue que Richard Nixon se convirtió en el trigésimo séptimo presidente de los EEUU porque un día una hoja cayó de un árbol californiano. ¡ Causa y efecto!"
Extracto del libro de Peter Kummer TODO ES POSIBLE
"los límites de lo posible o imposible los estableces tú mismo"...