Estamos rodeados de “fuentes” que nos llenan el corazón y el alma de la energía que precisamos, en especial, en nuestros instantes de flaqueza.
Piénsalo bien: incluso en momentos de desesperación o cuando no sabes qué camino seguir, sabes que puedes encontrar el apoyo que necesitas:
En alguna persona: quizás se trata siempre de la misma, a quien recurres cuando necesitas consuelo. Un ser que te quiere y está a tu lado, incondicionalmente. O al mirar a tu alrededor, descubras a alguien nuevo que no habías notado y que, en cierto momento, te podrá ayudar muchísimo.
En algún lugar: todos contamos con sitios en los que podemos recargar las pilas. Un espacio en el que estamos tranquilos, relajados, despojados por unos instantes de la carga que nos pesa. Donde no nos sentimos juzgados ni presionados: allí se nos ocurren las mejores ideas para salir adelante. Tal vez sea algún rinconcito de tu casa, un lugar religioso o al aire libre. O el recuerdo de un lugar de vacaciones, que te oxigena y te permite visualizarte todo lo libre que necesitas, para ir más allá de la situación actual y darte cuenta de que si has salido de problemas anteriormente, de este también te desharás.
En algún momento: hay recuerdos que nos llenan de energía, en especial los que marcaron el logro de objetivos: el día de graduación, el nacimiento de un hijo, casamientos, festejos, encuentros, momentos de concreciones importantes. Si lograste todo eso, tu camino hacia el futuro está sembrado de muchas más oportunidades de brillar y de ser feliz.
En algún objeto: para muchos, volver a ver cierta película, escuchar otra vez una canción o releer un libro (o una carta/mail/blog) significa tener fe nuevamente, darnos cuenta de que no todo está perdido y recargar las pilas para avanzar con pasos firmes.
En alguna actividad: jugar con tus niños o con animales, pasar tiempo al aire libre, dedicarte a algo que te apasione, un hobby: todo el tiempo que dedicamos a actividades recreativas lo ganamos para nuestra estabilidad interna. El ocio es necesario, no se puede estar permanentemente pensando en el trabajo o en las obligaciones, disfrutar un rato todos los días es esencial (aunque este tiempo sea corto –por ejemplo, el del trayecto entre tu casa y tu trabajo). Los fines de semana, busca actividades que te agrade realizar y dedícales la mayor cantidad de tiempo posible; priorizar esto redundará en tu bienestar y, por añadidura, en tu energía de toda la semana.
Pero así como ciertas cosas, personas y actividades nos dan mucha energía, hay otras que nos la quitan: a tener cuidado con ellas, ponerles límites, alejarse. No importa quiénes sean ni cómo haya sido nuestro contacto o nuestra relación hasta ahora: alejar lo que nos hace daño y darle la bienvenida a lo que nos hace sentir bien es nuestra propia responsabilidad.
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