Las cuevas fueron descubiertas en 1969 al norte de la cordillera el Cóndor. Para descender hace falta cuerda y polea, en su interior kilómetros de laberínticas galerías oscuras. Se accede por un túnel vertical de dos metros de diámetro y 60 metros de profundidad aproximadamente. Los Tayos es el nombre de unas aves nocturnas que tienen su hábitat en cavernas.
Juan Moricz
Era un aristócrata de origen argentino-hungaro que decía había descubierto una serie de túneles y una biblioteca misteriosa de metal en la cueva de los Tayos. Hizo una declaración jurada el 8 de julio de 1969.
Hablo con el presidente ecuatoriano, recibió una concesión que le permitían tener un control total sobre este descubrimiento siempre que pudiera producir una evidencia fotográfica.
En 1972 Juan Moricz se reunió con Erich von Daniken en secreto y al parecer realizaron una nueva exploración a la cueva. Däniken afirma que llegó a ver la misma biblioteca metálica.
Un libro y una expedición a la cueva de lo Tayos
En el libro de Erich von Daniken, se afirmaba que Juan Moricz había explorado la cueva de los Tayos en 1969 y había descubierto mucho oro, esculturas raras y también una biblioteca metálica. Estos tesoros se hallaban dentro de túneles artificiales que al parecer habrían sido creados por una civilización extraterrestre.
Como resultado de estas afirmaciones se organiza un gran expedición en Gran Bretaña con mas de 100 personas, con espeleólogos, distintos técnicos y personal militar de Ecuador, incluso el ex astronauta Neil Amstrom participó. La expedición llevo a cabo un estudio de a cueva para elaborar un mapa.
La expedición no encontró evidencias de lo que en el libro El oro de los Dioses se citaba. Si habían ciertas características físicas de la cueva, especies animales o vegetación que podían ser parecidas a las citadas en el libro.
Regalos misteriosos
En la zona donde se sitúa la cueva de los Tayos vive el pueblo Shuar, un sacerdote llamado Carlo Crespi estaba evangelizando al pueblo y recibió varios regalos. Algunos eran de metales preciosos, esculturas o símbolos que nada tenían que ver con la cultura del pueblo Shuar. Uno de estos regalos era una tableta de 36 símbolos que nadie podía descifrar.
Patronio Jaramillo
En 1991 Patronio Jaramillo un ecuatoriano afirma que entró en la cueva cuando era un adolescente en 1946. Contó que se sumergió en el agua y nado a través de un túnel bajo el agua. Describió que mientras exploraba la cueva encontró una cámara con reliquias antiguas, incluyendo una gran sala repleta de oro y otros metales donde había libros. Estos libros estaban escritos en un lenguaje desconocido para él.
Patronio Jaramillo murió sin que mostrara a nadie donde estaba situada la entrada de la cueva.
Fuente|http://www.crystalinks.com/