"Oh, San Marcos de León, tú que desataste y desarmaste a la fiera más grande de este mundo, desármale el corazón a (has de decir el nombre completo del ser amado) para que venga, que venga, que nadie lo detenga que corra, que corra, que nadie lo socorra. Para que llegue a mi como manso cordero humilde y rendidos a mis pies, asi sea."