Si atendemos al origen de la palabra, Médium significa medio, es decir como comummente solemos entender medio entre el cielo y la tierra, o canal que está poniendose de moda últimamente. Es decir intermediario entre el mundo espiritual y el material. Pero esto es algo mucho más amplio de lo que creemos porque debido a la popularización del termino por el espiritismo y a tanta novela, peliculas, series y programas de televisión; parece que solo es médium el que habla con los espíritus de una forma fluida y espontanea. Ser médium es tener activo el hemisferio derecho cerebral, despiertas las llamadas "facultades psiquicas" y eso no solo incluye hablar con espíritus o dejar que se manifiesten a través de nosotros, sino también la videncia, la premonición, la sanación, los viajes astrales, dar mensajes, intuición, etc. Ser médium no es tener una linea telefónica con el más allá como muchos creemos. Ser médium es ser medio, es decir canal entre el cielo y la tierra, entre lo material y lo inmaterial, por decirlo de alguna manera. Un médium no puede escoger con quien habla ni tampoco los espíritus pueden comunicarse con quien quieran, los guías determinan que comunicaciones se establecen y de que manera, muchas veces es a través de señales, mensajes, sueños, etc. Por eso no existen milagros y como me dijo un guía de una persona una vez cuando le pedí una prueba para dar un mensaje: "No estás aqui para hacer espectáculos de circo".Es verdad que hay médiums que su facultad más fuerte es comunicarse con el más allá, pero otros tienen más desarrollada la videncia, la sanación, etc. Yo en concreto me siento más médium sanador que otra cosa, pero no por eso significa que no tenga algo de las otras facultades. Ahora el que pueda hacer espectáculos de circo y forrarse con ellos, que los haga, que esa persona sabrá como arreglarselas con su karma. Yo por lo menos no estoy aquí ni para hacer espectaculos de circo ni para aprovecharme de las necesarias ilusiones de la gente, de eso puedan dar fe los que han solicitado nuestro trabajo.
Los humanos siempre estamos esperando a ver para creer, cuando en realidad tenemos que creer para poder ver.Ser médium, como muy bien dicho antes, es ser medio o expresión de la voluntad del cielo, de la divinidad. La expresión de esa voluntad es la compasión, el amor incondicional, en definitiva la ayuda al prójimo, pero sin olvidarnos de nosotros mismos, con la finalidad de encontrar en nuestro interior el Dios que todos llevamos dentro y hacerlo brillar y conectar con todo lo que nos rodea. Por tanto un médium tienen una gran responsabilidad, usar y desarrollar plenamente sus facultades para llevar luz a todas las personas y seres que se le acerquen, independientemente de su naturaleza y condición. Pero ese trabajo empieza por nosotros mismos, debiendo iluminar nuestras zonas oscuras, en palabras del zen: “Iluminando nuestras ilusiones”; para así poder brillar con más intensidad y ser mejor expresión de la divinidad en la tierra.
Como muy bien representa el mito de la caverna, a más luz más oscuridad. Este poema del gran maestro zen Kodo Sawaki (S. XX) es muy claro al respecto:“La oscuridad de la sombra de los pinos,
Depende de la claridad de la luz de la luna.”
Evidentemente las facultades psíquicas no las hemos recibido para beneficiarnos de ellas perjudicando a los demás, vulnerando su libre albedrio, y por supuesto bajo ningún concepto para enviarles energía negativa para causarles mal, como mal de ojo o magia negra (Y si señores, aunque tenga que repetirlo hasta la saciedad, los amarres son autentica magia negra y una grave vulneración del libre albedrio del otro).
Es un tema complejo porque a veces aunque sepamos cosas de otra persona, por medio de la videncia, debemos tener cuidado de si esa persona está preparada para escucharlo. El principio de precaución es muy importante en nuestro trabajo como médium, no debemos creer que por recibir cosas del cielo podemos soltarlas indiscriminadamente, ni mucho menos utilizarlas como información privilegiada. Solo debemos acudir y prestar ayuda cuando se nos solicite, responder solo a las preguntas que se nos planteen, y aunque es difícil, aprender a observar y no intervenir cuando no se nos solicite ayude, aún teniendo la certeza de que podemos ayudar. Es un principio fundamental para cualquier persona, pero sobre todo para un médium EL NO INTERVENIR NI MODIFICAR EL CAMINO ESPIRITUAL DE OTRA PERSONA.
En relación a esto me gustaría comentar que en el Reiki se enseña a enviar luz a distancia a personas que pueden no haberlo solicitado, con la salvedad de que se pida permiso al cielo para ello y que la luz se envié para lo que la persona necesite. No tengo nada que objetar a eso, ni creo que vaya en contra de lo que acabo de escribir; de hecho yo también hago sanaciones a distancia, distintas de la técnica Reiki, a personas que no me lo han solicitado o desconocen que pueda hacerlo y uso la misma forma. Es curioso que siempre pido permiso cuando voy a realizar algún trabajo esotérico y ya me han dicho que no hace falta que lo pida, que ya mis guías me harán saber cuando no tengo que realizarlo; de hecho alguna vez he visto alguna mano de alto al trabajar o mi compañera ha escuchado un no muy claro. Mientras no estéis seguros de vuestra comunicación con los guías os recomiendo que pidáis permiso, yo sigo haciéndolo por respeto pero también por costumbre.
La responsabilidad de un médium es usar sus facultades en la ayuda al prójimo y a sí mismo, desarrollarlas adecuadamente, no negándolas y actuando siempre con autentica compasión, iniciando un camino de transcendencia de su ego, es decir de las características traumáticas de su personalidad para convertirse es una expresión lo más pura posible del cielo en la tierra, de la obra divina.
Esto, en absoluto, es incompatible con cobrar por el desempeño de sus facultades, siempre que sea de forma honesta, justa y proporcionada. Para mi tan valido es el que lo hace de forma gratuita como el que cobra por ello, creo que tan malo es no cobrar esperando recibir reconocimiento o para llenar nuestras carencias afectivas, como cobrar con la intención única de lucrarse. En estos temas la moral judeo cristiana y su obsesiva y neurótica insistencia en la culpa hace más daño que bien.
http://masalladelmasalla.blogspot.com.es/2011/09/que-es-ser-medium-ii.htmlun beso y una linda sonrisa