El diálogo: bendita fórmula
Diálogo... ¡En vías de extinción!
¿Qué debemos hacer para mantener vivo este hábito saludable?
Los seres humanos tenemos el privilegio del lenguaje, el don del habla. Sin embargo, con tanta tecnología, hemos perdido el gusto por la interacción directa y eso a la larga no es bueno ni saludable.
Muchos alegan que la falta de tiempo impide darse unos minutos para hablar o charlar con alguien, por lo que prefieren hacerlo de forma electrónica, pues es más rápido y práctico. El hábito del diálogo está perdiéndose, y si no hacemos algo pronto, se extinguirá.
La importancia del diálogo
La importancia del habla se ubica en primer lugar y su carencia incide en la salud de todos.
El diálogo es un recurso que permite el bienestar a través de la socialización, la resolución de conflictos y la apertura a los demás.
Sin embargo, en este tiempo, donde maximizar las acciones y la prisa son las constantes, éste se practica no muy a menudo. Pero, ¿sabe cuáles son los obstáculos que nos impiden disfrutar el diálogo?:
• Falta de tiempo, debido a las tareas diarias.
• La falta de sinceridad que sucede a menudo cuando no coinciden el diálogo interno y el externo, cuando se busca agradar y ser aceptado, y para ello se dicen cosas que no se sienten.
•Desconocer o no darse cuenta de los beneficios de esta práctica.
Oportunidades para conversar
Una vez detectada la necesidad de dialogar y cuando ya somos conscientes de ella, la actitud positiva puede modificar nuestro comportamiento y surgen muchas oportunidades para conversar:
• En casa, con la familia, la pareja o los padres.
• Con los más chicos adaptándose a su universo, en el camino al colegio, en el juego o a través del cuento de las buenas noches.
• En cada ocasión que se presente: en el ascensor, en el trabajo o en el transporte público.
• Cuando se quiere resolver una cuestión pendiente con alguien. Alguien lo necesita y usted también necesita al otro.
Beneficios de una buena comunicación
Comunicarse es una necesidad y un arte al mismo tiempo.
En lo personal, lo positivo de comunicarse es lograr hacerse entender, compartir y, en determinadas circunstancias, cambiar los procesos. No dar nada por sabido, ya que dialogar, conversar, son necesidades vitales como el agua y el aire. Y a la par se genera otra virtud: la de escuchar al otro para que la comunicación sea verdaderamente efectiva.
El resultado de una práctica continua es el bienestar, el equilibrio y la seguridad. Incluso se reduce el estrés, ya que al socializar e integrarse mejor se logra desarrollar capacidades nuevas, innovadoras, creativas y sanas.
Entonces, cuénteme por favor: ¿con quién va a dialogar hoy?
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