Piensa de nuevo, eres un ser espiritual, eres un campo de energía, operando en un mayor campo de energía. Estamos todos conectados solo que no lo vemos. No hay un ahí fuera o un aquí dentro. Todo en el universo está conectado, es solo un campo de energía. Somos extensiones de la Fuente de energía. Estáis aquí en estos magníficos cuerpos, pero vuestros cuerpos os han distraído en gran parte de quienes sois en verdad. Sois la Fuente de energía...
Somos seres eternos, somos la fuerza de Dios. Somos lo cual llamáis Dios. De forma bíblica podríamos decir que somos la imagen y semejanza de Dios. Podríamos decir que somos, en otras palabras, que el Universo se está volviendo consciente de sí mismo. Podríamos decir que somos el campo infinito del potencial evolutivo.
Toda gran tradición te ha dicho, que fuiste creado a imagen y semejanza de la fuente creadora. Eso significa que tienes el potencial y el poder de Dios para crear tu mundo, y lo haces, lo haces y quizá has creado cosas hasta este punto que son maravillosas y que valen la pena para tí, y puede que no.
La pregunta que te pido consideres es, ¿los resultados que tienes en tu vida, son los que quieres de verdad? y te merecen la pena?
Si no te merecen la pena, entonces: ¿Cuándo es el momento justo para cambiarlos?
Porque tienes el poder de hacer eso, y cuando la gente empieza a poner su atención en lo que quiere, lo que no quieren abandonan, y la parte positiva se expande y la otra parte desaparece.
Quiero que llegues al lugar de tu pensamiento deliberadamente, donde guías tu pensamiento a propósito, donde tú eres el creador de tu propia experiencia porque eres el responsable de tus propios pensamientos.
Lo bonito de la ley de atracción es que puedes empezar donde estás, y puedes empezar a pensar pensamiento autentico, y puedes empezar a generar dentro de tí mismo un sentimiento de armonía y felicidad.
La ley empezará a responder a eso.
Así que ahora, comienzas a tener creencias distintas, como que hay más que suficiente en el Universo y puedes liberarte tu mismo de tus patrones hereditarios, códigos culturales, creencias sociales, y probar de una vez por todas que el poder dentro de ti es más grande que el poder que hay en el mundo.
No hay una pizarra en el cielo en la cual Dios tiene escrito tu propósito, tu misión en la vida.
Así que tu propósito es lo que tu digas que es, tu misión es la misión que te das a ti mismo. Tu vida será lo que crees y nadie lo juzgará, ni ahora ni nunca.
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