Dos hermanos (James y Peter Tunstead) y un amigo (Derek Batten) decidieron llevar a cabo el sueño de sus vidas: un recorrido de dos meses por las aguas costeras de Australia, su país natal.
Recientemente jubilados, venían planificando el viaje desde mucho tiempo atrás, cuando comenzaron a navegar los fines de semana en el yate Kaz II, de su propiedad. Ahora, con todo el tiempo del mundo, los tres hombres se proponían darse el gusto: navegar, pescar, tomar sol e ir recalando en diversos puertos, para conocer más su país.
Cuatro días después de que zarparan, una lancha patrullera encontró el Kaz II a la deriva. Cuando lo abordaron, los marinos se vieron ante una extraña escena: una comida para tres servida en la mesa, un periódico y unos lentes de lectura sobre una silla, un laptop encendido.... y ningún rastro de los tres hombres.
Tanto el radio de a bordo, como el GPS y las computadoras funcionaban perfectamente. El motor estaba encendido. Toda la ropa, dinero y pertenencias de los hombres estaban en su sitio, incluída una cámara que luego fue examinada por la policía: mostró una escena de pesca donde bromeaban entre sí sobre su suerte como pescadores, nada más.
Tres chalecos salvavidas, un radiofaro de emergencias y un bote salvavidas fueron encontrados a bordo. Ningún signo de lucha, sangre o algo fuera de lo común pudo ser apreciado.
Los hombres no llevaban consigo equipo de buceo ni les interesaba dicha actividad.
Ningún desperfecto presentó el yate, una vez remolcado a puerto y revisado por los guardacostas y la policía local. Nadie entiende qué pudo suceder.
Se despacharon aviones, barcos y hasta un helicóptero Blackhawk a fin de buscar rastros de los tres hombres, pero a la semana se dio por concluída la pesquisa sin hallar nada.
El buen tiempo que reinó durante los cuatro días de navegación del Kaz II aleja toda posibilidad de explicación a base de temporales u oleaje fuera de lo común, que pudiera arrebatar de borda a los tres hombres al mismo tiempo (algo que, de todas formas, no sería nada usual).
En suma: otro caso más, de los tantos que presentan similitudes con el del Mary Celeste.
http://expedientesxxl.blogspot.com.ar/2008/10/un-sueo-que-deriva-en-pesadilla.html