La energía fluye naturalmente allá donde ponemos la atención. Si dirigimos la atención a alguna parte del cuerpo, allá va la energía automáticamente. Aquello que recibe nuestra atención se energiza, de manera que nuestros pensamientos más frecuentes son los que tienen más fuerza y poder, porque son los que reciben más atención. Como hemos visto los pensamientos son energía electromagnética. Hemos dicho también que cuando los mismos tienen suficiente fuerza se manifiestan de alguna manera en lo concreto.
Cómo es el proceso por el cual los pensamientos toman fuerza y cómo es el mecanismo por el cual le podemos dar poder a algo? Todo aquello en lo que centramos sostenidamente la atención, tanto en forma automática o voluntaria como en forma conciente o inconsciente, adquiere fuerza y prevalencia en nuestra vida. Si ponemos mucha atención en un problema o en un malestar, éstos se acrecientan. Si ponemos en cambio, la atención en las posibles soluciones o en el bienestar deseado, eso es lo que facilitamos.